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Intervención en los trastornos de lenguaje escrito a través del Tablet PC. (Parte I)

En este artículo se presenta una investigación en curso sobre el uso de los tablet PC en la intervención en la disgrafía y otros trastornos de la lecto-escritura. Dicha investigación se está realizando tanto en el ámbito clínico como en el ámbito educativo. Se presentan algunos resultados parciales que dan cuenta de la reducción de errores por parte de los sujetos implicados en la investigación.
Intervención en los trastornos de lenguaje escrito a través del Tablet PC.

La utilización del lenguaje escrito resulta imprescindible en nuestros días para poder alcanzar los niveles de desarrollo general propios del ser humano en las sociedades avanzadas del tercer milenio.

Para los niños, el lenguaje escrito es también una exigencia básica del medio escolar que posibilita su éxito o fracaso académico, ya que, por una parte la lectura es la llave para la comprensión de los contenidos de las distintas materias curriculares y por otra parte, generalmente la evaluación de estos conocimientos se efectúa mediante la producción escrita de los sujetos.

Es esencial, pues, leer y escribir bien en la escuela. De ahí la máxima importancia en optimizar la adquisición del aprendizaje del lenguaje escrito e intentar resolver las dificultades que pueda presentar este aprendizaje.

Las dificultades, del tipo que sean, en el aprendizaje de la lectura y de la escritura conllevan consecuencias muy negativas en el mundo académico que van a ser determinantes para el futuro profesional del sujeto, como son las siguientes (Peñafiel, 2001):

El alumno con este problema empieza a acumular resultados negativos, suspende, repite curso, cae en el fracaso escolar y, la mayor parte de las veces, en el abandono de los estudios o el de tener que orientarlos forzosamente a un grado inferior.

A este fracaso académico hay que añadir las repercusiones emocionales por el desajuste personal que se crea en el niño con estas dificultades que atribuye generalmente a su falta de competencia cognitiva. Se tilda a sí mismo de “tonto”, de ser más torpe que el resto de sus compañeros, etc. quedando afectado el desarrollo de su autoestima y el sentimiento de seguridad en su propia capacidad.

Por otra parte, la familia suele atribuir este bajo rendimiento a la falta de trabajo, de interés, ya que no se explica cómo su hijo tan listo para algunas cosas, vaya tan mal en el colegio y suspenda casi todo, definiendo al niño como “vago”. Como consecuencia, las relaciones familiares se tensan y en numerosas ocasiones se deteriora el equilibrio emocional.

Asimismo los docentes, cuando únicamente atienden al producto final y no al proceso de enseñanza aprendizaje, atribuyen o desinterés o incapacidad por parte del alumno, o falta de control en el proceso de estudio de la familia.

Este sentimiento de fracaso continuo y persistente ocasiona que la motivación hacia el estudio disminuya, el espacio escolar resulte poco atractivo (es el lugar donde fracasamos) y hace que en muchas ocasiones se abandone la escuela, cayendo en el paro, subempleo y en el peor de los casos, en la marginación social y la delincuencia.
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