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Entender y ayudar a los adolescentes (Parte V)

Teje lazos de amistad entre los participantes y permite relativizar sus propios problemas y a la par ensayar alternativas de conducta desde la experiencia colectiva.

Prevención de embarazos no deseados

Para prevenir embarazos precoces puede ser necesario promulgar y hacer cumplir leyes que fijen una edad mínima para el matrimonio y tratar de mentalizar a familias y comunidades para que concedan a las niñas el tiempo necesario para crecer y desarrollarse, dejar atrás la niñez y llegar a ser mujeres antes de convertirse en esposas y madres. Junto con ello, los servicios de salud deben estar preparados para prestar la necesaria atención prenatal a las adolescentes embarazadas o practicar abortos en condiciones seguras cuando la ley lo permita. Prestar una atención eficaz durante el embarazo es importante para asegurar la supervivencia de la madre y el bebé y prevenir problemas como las fístulas.

VIH / Sida

El riesgo de que una persona joven resulte infectada por el VIH guarda estrecha relación con la edad de la iniciación sexual. Las medidas de prevención en la gente joven apuntan, entre otros objetivos básicos, a evitar el coito y a retrasar el inicio de la vida sexual activa.
En el caso de los jóvenes sexualmente activos, es fundamental que reduzcan el número de parejas sexuales y que tengan más facilidad para acceder y utilizar servicios integrados de prevención, lo que comprende tanto la educación como el suministro de preservativos. Los programas en la materia deberían servir también para prevenir otros comportamientos peligrosos para la salud, como el consumo de sustancias, y para intervenir rápidamente cuando se produzcan.
Los jóvenes deben tener a su disposición servicios accesibles y adecuados de detección del VIH. Los jóvenes con VIH necesitan servicios de tratamiento, atención, apoyo y prevención positiva. Es preciso recabar la participación de jóvenes con el VIH a la hora de planificar y prestar todo servicio relacionado con el VIH dirigido a la población joven.

Mejorar los vínculos con los adolescentes:

El decálogo que sigue a continuación trata de ser una aproximación a las actitudes que pueden ser más eficaces para mejorar relaciones con los adolescentes:

1.- VALORAR EL APOYO SOCIAL

Muchos adultos tienen problemas comunes, el grupo de apoyo mutuo puede ser una buena herramienta. Los padres y madres, a veces los educadores, se resisten a admitir que tienen problemas con los jóvenes, esto dificulta el éxito de un instrumento de eficacia probada. El apoyo social supone incidir sobre las distintas variables que condicionan la conducta: dedicar tiempo, estar presente, consejo, guía, empatía, disponibilidad, cariño, estima.
El grupo de apoyo mutuo debe ser visto como una herramienta central para compartir experiencias desde ópticas distintas y a la par comunes. Los educadores, psicopedagogos, trabajadores sociales, mediadores comunitarios y la propia iniciativa de los padres/ madres debieran ser capaces de estimular grupos concretos de encuentro y debate.
En esencia, un grupo de apoyo mutuo se forma por el interés de compartir problemáticas comunes. Teje lazos de amistad entre los participantes y permite relativizar sus propios problemas y a la par ensayar alternativas de conducta desde la experiencia colectiva. La idea es muy participativa, los profesionales se limitan al estímulo y a veces a la conducción del grupo siempre desde posiciones muy abiertas y de estricto soporte al proceso. No es imprescindible la presencia de profesionales para formar grupos de soporte mutuo.

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