Entrevista a Silvia M. Gasparian Colello. (Parte III)

Vale la pena mencionar también los maestros que hacen buen uso de una situación de juego, creando oportunidades para el logro de un conocimiento significativo y el gusto por aprender.

Silvia M. Gasparian Colello | 1/11/2010

6. Muchas veces se habla de la cantidad de años de educación, pero muy poco de la calidad de los mismos. ¿Qué camino deberíamos recorrer, para revertir ésta tendencia?

Hay muchos caminos para lograr una educación de calidad, entre ellos: el valor de la educación, la revisión de las políticas educativas, el acercamiento entre la academia y la escuela (el ámbito de la investigación y práctica educativa), la búsqueda de la teórica capaz de sostener los cambios pedagógicos, la revisión de conceptos y prácticas de la enseñanza, maestro de educación continua, la mejora del trabajo escolar, el establecimiento de personal de la escuela puede apoyar la labor docente, la inversión en infraestructura de las escuelas e instituciones de enfoque educación a la comunidad.

Para poder invertir en la acción educativa en muchos frentes, tiene que haber conciencia de la complejidad y la importancia del trabajo pedagógico. De lo contrario, estamos limitando nuestros esfuerzos a las medidas puramente cuantitativas, que no logran una transformación efectiva de la escuela.

7. ¿Cuales suelen ser los aciertos y cuales los desaciertos más comunes de los educadores al llevar a la práctica el proceso de alfabetización?

Entre los errores, se puede mencionar al menos tres cosas que a menudo comprometen el proceso de alfabetización. En primer lugar, el desconocimiento de los estudiantes en sus perfiles cognitivos y socioculturales. Esta es una tendencia común que la escuela tradicional, la defensa de los procesos de homogeneización de la enseñanza (un método inflexible o dictado por una imprimación), ignora las diferencias individuales y sus implicaciones para el aprendizaje. Muy ligada a esta concepción, no hay, en segundo lugar, la intención de controlar las vías de aprendizaje asumiendo que son obvias y necesarias consecuencias de la enseñanza lineal y acumulativa (aprendizaje paso).

Por último, existe una fuerte tendencia a reducir el aprendizaje de la escritura de un código para el dominio de la asociación de letras y los sonidos para formar sílabas y palabras, sin tener en cuenta la dimensión dialógica de la escritura, es decir, la posibilidad de comunicación e interacción que promueve inclusión de estudiantes en el contexto de las prácticas de alfabetización en su mundo.

Los maestros afectados cuando traen al aula una variedad de materiales escritos, la promoción de las experiencias de lectura y escritura más cerca de sus usos sociales: el libro para la diversión, el periódico para informar, para educar a los procedimientos de los ingresos, las entradas para el establecimiento de comunicaciones, las reglas de un juego para organizar el juego, etc. Vale la pena mencionar también los maestros que hacen buen uso de una situación de juego, creando oportunidades para el logro de un conocimiento significativo y el gusto por aprender. Desafortunadamente no es lo que ves en la mayoría de las escuelas.