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Los criterios cardinales de Kanner

Se señalan las teorías mas relevantes sobre las causas emocionales, donde existen tres razones principales para creer en una causa emocional. 1) la mayoría de los niños autistas, cuando están en sus primeros años, tienen muchos problemas de conducta, incluso una notable dificultad para relacionarse con otras personas y demostrar afecto. 2) cuando el profesor Kanner dio la importancia en las experiencias infantiles en la generación de toda clase de enfermedades mentales. 3) los padres de niños autistas tenían personalidades anormales. Y se cree que es más probable una causa física. Se ha señalado el hecho de que aproximadamente el tercio total los niños autistas, tienen alguna otra anormalidad en el cerebro y el sistema nervioso.

Eduardo Ramos | 1/01/2018

Kanner estaba convencido de que sólo había dos características cardinalmente significativas. Es decir: Sólo dos que serían necesarias y posiblemente suficientes para el diagnóstico del autismo. Estos rasgos no se refieren directamente a la conducta, sino a problemas psicológicos en un plano más profunda que bastarían para explicar una amplia gama de conductas.

La característica principal y aquella que da su nombre al trastorno es la soledad autista. No es posible especificar con una conducta específica lo que significa exactamente este rasgo sólo puede inferirse de la conducta. En concreto, puede inferirse a partir de ciertas deficiencias en las pautas de la comunicación.

El segundo rasgo cardinal era denominado por Kanner, insistencia obsesiva en la invarianza. También aquí identificaban una cualidad inferida que se situaría en un plano más profundo que el de la conducta. Este concepto, con su densa formulación, sugiere varios factores al mismo tiempo: Unas pautas repetitivas, rígidas, limitadas en sus propósitos, pedantes; una incapacidad para juzgar la significación de diferencias sutiles. Existen tres categorías diferentes de conductas que se relacionan con esa insistencia obsesiva en la invarianza: En primer lugar, están los movimientos repetitivos simples, las emisiones y pensamientos simples. En segundo y como exclusiva de los niños autistas, las llamadas rutinas elaboradas, que se demuestran en acción, el lenguaje o pensamiento sin propósito aparente. En tercer lugar, la tendencia a centrarse en temas de interés extremadamente limitados, que llegan a preocupar hasta tal punto que prácticamente no hay ninguna otra cosa que interese.


CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO

En un primer momento se considera que el autismo es una hipótesis que se tiene que someter a prueba. Tendrán que escuchar ampliamente a la familia y observar claramente al paciente, administrarán pruebas psicológicas y construirán un historial del trastorno desde el comienzo. Así puede diagnosticarse el autismo de forma fiable.

Si el autismo es un trastorno que, en la mayoría de los casos, se da desde el nacimiento, lo lógico sería esperar que pudiera notarse que algo va mal desde los primeros meses de vida. Cuando el niño es muy pequeño, debe considerarse muy seriamente la posibilidad de estar ante un retraso del desarrollo del que es posible que el niño se libere en un futuro. En los casos de anormalidad cerebral generalizada con el retraso cerebral cerebro, hay signos precoces claros.

QUE SUCEDE CUANDO EL NIÑO AUTISTA CRECE

El autismo es una cantidad diferenciada no sólo por un conjunto característico de rasgos clínicos, sino también porque sigue un curso temporal también característico. Un punto de la máxima importancia es que el autismo es un trastorno de desarrollo y esto quiere decir, es que el desarrollo, como un todo, se ve afectado de la infancia en adelante. Cuando un trastorno mental se manifiesta después de haberse completado el desarrollo de diversas capacidades, lo lógico es esperar que se produzca una ruptura, quizá una regresión o un deterioro progresivo: Algo, en todo caso, que se impone sobre las habilidades previamente establecidas.



TEORÍAS SOBRE LAS CAUSAS

Las teorías se dividen en dos clases principales. Una clase expresa que los niños autistas son normales al nacer, pero que su desarrollo emocional esta perturbado debido a la forma de criarlos. Una variante especial de esta consiste en sostener que desde el nacimiento sus experiencias de aprendizaje son erróneas, y entonces están condicionados para que su conducta sea anormal.

La otra clase de teorías sugiere que los niños autistas tienen alguna anormalidad física en su cerebro que los hace conducirse así.


TEORÍAS QUE PROPONEN CAUSAS EMOCIONALES

Existen tres razones principales para creer en una causa emocional. Primero, la mayoría de los niños autistas, cuando están en sus primeros años, tienen muchos problemas de conducta, incluso una notable dificultad para relacionarse con otras personas y demostrar afecto. Segundo, cuando el profesor Kanner dio la importancia en las experiencias infantiles en la generación de toda clase de enfermedades mentales. Tercero, los padres de niños autistas tenían personalidades anormales. Las madres eran frías, duras y rechazaban a sus bebes; otros, que las madres los sobreprotegían y sofocaban.

TEORÍAS QUE PROPONEN CAUSAS FÍSICAS

Se ha demostrado que la maduración ósea en estos niños esta demorada. Pueden ser físicamente inmaduros en otros sentidos, y tender a mantener sus rasgos infantiles y sus suaves manos de babé mucho más tiempo que la mayoría de los niños, aunque la pubertad se presenta dentro de los márgenes de tiempo acostumbrados. Son comunes los esquemas poco usuales en el sueño; y muchos de ellos parecen necesitar mucho más tiempo para dormir que el promedio. Por otro lado, es también probable que se duerman hasta las once o doce de la noche y no se muestren cansados.

He mencionado que la causa son los daños en el cerebro, pero se necesita interiorizar más, debido a que es muy general. Los niños padecen esta enfermedad tienen muchos diferentes esquemas de conducta. Por lo tanto hay diferentes teorías que argumentaban que: las regiones que regulan el despertar y el sueño, dentro del sistema reticular, no tienen una función adecuada; el problema reside en las partes del cerebro que atienden a la organización de las informaciones que llegan por los sentidos y la comprensión de lenguaje.
 

 

Referencias

SHEA, Thomas M. La enseñanza en niños y adolescentes con problemas de conducta. Ed. Médica Panamericana, Buenos Aires, 1986.

Diccionario de la Psicología. Larousse. Librarie Larousse, 1969, 1º edición.

WING, Lorna. La educación del niño autista. Ediciones Paidos, Barcelona, 2º reimpresión en España, 1985.

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