María José Vexenat, Malva Roldán | 15/06/2017

La Danzaterapia / Danza Creativa es un método artístico que, mediante el movimiento desde la danza como lenguaje de comunicación; estimula la capacidad creativa de las personas. En su desarrollo, personal y grupal, se propone la integración de los procesos motores, sensoriales, intelectuales, cognitivos e intuitivos, respetando y potenciando la diversidad funcional inherente a cada ser humano.

Maria Fux es una bailarina-coreógrafa Argentina nacida en 1922, es reconocida como una de las pioneras de la Danza Moderna y una de las iniciadoras en la práctica de la Danzaterapia en su país. La relación entre la danza moderna y sus búsquedas de investigación a través de la comunicación no verbal, dieron origen a un lenguaje diferente, que fue vanguardia en su época. Por primera vez la danza era concebida desde su contexto social; favoreciendo su alcance hacia todas las personas, aún con discapacidad; esto marcó un giro en el desarrollo y la evolución de este método hasta el presente.

La Danza como lenguaje se alimenta de distintas áreas del arte como música, pintura, escultura, fotografía, cine, poesía, literatura; de influencias arquitectónicas y de urbanismo entre otras.

Uno de los recursos didácticos que la danzaterapia desarrolla, y que un danzaterapeuta no puede perder, es la capacidad de observación. La observación es un procedimiento que no se restringe a la descripción o mera reproducción del entorno o de sí mismo, sino que orienta a la construcción de nuevos conocimientos que permiten, entre otros: fomentar la curiosidad, despertar interrogantes, desarrollar la capacidad sensorial y la percepción a través del movimiento, conocer y recuperar la unidad con el cuerpo, reconocer y moderar la propia energía, desarrollar la capacidad de sentir-imaginar y expresarse, favorecer la creatividad como recurso de comunicación y autoconocimiento, en el vínculo y la relación con los otros, pero primariamente con uno mismo.

Lo que se observa se interioriza desde la multiplicidad de estímulos que entran en conexión con los sentidos; a través de ellos percibimos y podemos ser receptivos del mundo que nos rodea.

No hay fórmulas para mirar, pero si existen estímulos que se conectan con lo que sentimos. Mirar desde la observación no significa elegir solo lo que nos gusta o lo que nos hace bien, la mirada puede ser total, suave, cruda, ligera, profunda, avasallante, perceptible e imperceptible, atraviesa todos los espacios vacíos y cubiertos, visibles e invisibles, porque desde el arte todo está al alcance para ser mirado y observado.

Porque si hablamos de estos espacios sensitivos (no referido al entorno puramente físico o periférico del cuerpo) sentimos que esa dualidad “dentro –fuera, fuera - dentro” forma, en realidad, parte de un espacio único. Si bien desde la didáctica se utilizan esos términos que remiten a un afuera o un adentro, se concibe al espacio construido como una misma unidad cuerpo-entorno.

Las imágenes que nos rodean se perciben y se manifiestan a través de los sentidos. El mundo está conformado por imágenes que no solo son visuales, sino también olfativas, sonoras, táctiles; poseen un contenido de diseño, forma, textura, peso, volumen, color; son parte del mundo audible y no audible; del mundo olfativo, del mundo de palabras. Las imágenes no son más que representaciones de cosas, reciben nombres pero en esencia están constituidas por la experiencia sensorial que las ha captado y sintetizado en una palabra.

En la danzaterapia se utilizan palabras que funcionan como disparadores de movimiento, se denominan “palabras madres” y contienen imágenes propulsoras de movilidad y sentido.

Dice María Fux: “La palabra madre posee una enorme síntesis y cobra, en el cuerpo, un gran valor comunicativo que se transforma en movimiento, en ritmo, en expresión. Una sola palabra puede desencadenar una sucesión de descubrimientos. Las palabras madres son infinitas, tanto como los estados emocionales que nos habitan a lo largo de toda la vida” 1*

Cuántas imágenes conviven en nosotros, cuántas recordamos, olvidamos, reprimimos, distorsionamos, transformamos, negamos, aceptamos, cuantas imágenes afloran en el movimiento de las danzas, donde lo que nos mueve es aquello que el cuerpo no puede controlar. Fluye, como si la música liberara las amarras del pensamiento y confiara en ese otro yo, que es el sentir.

Lo que acontece en el cuerpo acontece en el mundo, en lo particular y en lo general. Descubrimos la simultaneidad en aquello que nos rodea, olvidando que somos parte de una misma naturaleza. Una naturaleza con ritmos que nos mueve, porque el ritmo vive en cada imagen, mirar-escuchar y observar a través de los sentidos, afinar la percepción, descubriendo lo vital que habita en cada uno.

La danzaterapia es un puente que posibilita el despertar de esas imágenes internas; imágenes que aparecen y comunican, la danza rescata aquello que existe y es presente en todos, más allá de las ausencias o limitaciones físicas o sensoriales. La experiencia, por ejemplo con personas sordas o hipoacúsicas, nos puede dar referencias didácticas en relación a las imágenes mencionadas.

En primer lugar, estimular el reconocimiento que el cuerpo es un instrumento de lenguaje. Entre los recursos creativos desarrollados, se encuentra el trabajo con proyección de diapositivas que responden a una selección temática (de obras de artistas plásticos, dibujos, pinturas, fotografías) orientada hacia ideas de movimiento y creatividad.

“Es como una ecuación; línea =movimiento y es diferente según lo sea la línea. Recta u ondulada, continua o intermitente, ascendente o descendente. Trato de darle la posibilidad de que la línea represente lo que para nosotros es la música, buscando en el ritmo y la forma la exploración creativa, que sin conocer los sonidos, puede desplegar el movimiento y danzar. El color, la línea y la forma son en sí mismo un lenguaje que ofrece un gran estímulo para mover el cuerpo. Todo lo que nos rodea, todo lo que vemos penetra en nuestro cuerpo y sale. El estímulo visual permite que se adquiera y desarrolle capacidades rítmicas, calidades de movimiento, estructuras espaciales, además de sensaciones y aptitudes que expanden el mundo interno” 2*

El cuerpo y el espacio se funden, la sensibilidad que nace de lo que no se escucha, permite resaltar y rescatar el estímulo en lo que se ve.

La Danzaterapia como concepción integradora y renovadora de una experiencia educativa creativa tiene por destinatarios a docentes, artistas, profesionales, al ser humano en general, sin distinción de edad ni de capacidades.

El método desarrolla la conciencia de que el límite y la posibilidad es una condición inherente a todos los seres humanos. Es aquí el punto de partida, la búsqueda y el conocimiento personal (de los límites y las posibilidades), a través del arte.

“Al referirnos al término danza, invariablemente el cuerpo debe saber comunicar. Para ello debe aprender a hablar, del mismo modo que ocurre con la palabra (…) No existe movimientos erróneos, no se busca virtuosismo (…) La belleza consiste en encontrar la verdad, y la verdad es subjetiva…” 3*

Referencias

1  Fux, Maria. Que es la Danzaterapia. Preguntas que tienen respuesta. Editorial Lumen. Año 2004
2  Fux Maria. Que es la Danzaterapia. Preguntas que tienen respuesta. Editorial Lumen. Año 2004.
3  Vexenat, Maria Jose. Danzaterapia Vida y Transformación. Editorial Dunken  Año 2011.  

*El presente artículo fue escrito en colaboración con la Lic. Malva Roldán, Psicóloga y danzaterapeuta, en el marco de una tarea de investigación y profundización en el método fuxiano.

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