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Un Caso de Lectoescritura en la Psicosis

Este trabajo tiene como finalidad hacer un cuestionamiento acerca del trabajo en la educación especial en relación a alumnos de estructura psicótica. Se hará un recorrido a partir de una experiencia individual en relación a la adquisición y el abordaje de la lecto-escritura de un alumno.Se marcarán las intervenciones hechas por la docente así como los resultados obtenidos por el alumno. Se hará una fundamentación teórica de la experiencia.
Características de Luis

Tiene 21 años, síndrome de Down y estructura psicótica. Es el menor de cuatro hermanos. Vive con su mamá y uno de sus hermanos. Su papá falleció al tener él 2 años. Tuvo escolaridad en otra Institución hasta los 18 años, luego estuvo dos años sin escolaridad y retomó el año anterior en ésta Institución. La mamá cuenta que él siempre tuvo profesionales particulares a su alrededor: Estimuladora temprana desde que nació, maestra particular, psicóloga, fonoaudióloga y se le ha dado gran importancia al deporte teniendo un personal trainner y practicando variedad de ellos. Al llegar el año pasado a la Escuela, Luis realizaba conteos hasta 10 sin poder escribir el número que correspondía. Se ubicaba en una etapa presilábica en relación a la lectoescritura, podía copiar palabras y conocía la mayoría del nombre de las letras. Tenía muchas dificultades para participar en clase y establecer algún tipo de vínculo con sus pares, pasaba largo tiempo en el baño, faltaba bastante y buscaba pasar desapercibido en la jornada escolar. Debido a todas estas características es que se piensa como estrategia de aprendizaje para el año siguiente ubicarlo en un grupo con menos personas y que tengan en común la misma estructura psíquica.

Mi trabajo en lo que va del año

Me llevó un tiempo pensar cuál iba a ser mi estrategia pedagógica con un grupo que presentaba estas características. Quienes trabajamos en Educación Especial sabemos que el único objetivo claro que tenemos, la brújula que indica nuestro camino es LA LECTOESCRITURA. Padres pidiendo todo los años ésto como si fuese la única herramienta que sus hijos necesitan para defenderse en esta vida, contenidos curriculares y exigencias sociales que ante la pregunta de ¿ya sabe leer? ¿puede escribir? nos y los paraliza todo el tiempo. Al venirme encima todo ésto y ante la propuesta desde la Institución "pensá vos el abordaje a realizar con estos adolescentes" fue que dije: estos alumnos llevan toda una carga con ellos desde toda la vida, cantidad de imposibilidades todo el tiempo presentes, cantidad de diferencias, objetivos siempre lejanos y cuando son alcanzados nunca son suficientes. ¿Tengo derecho a seguir con ésto? ¿No podría existir la posibilidad de permitirles hacer su camino y que lo armen como ellos quieran? Mi función podría ser ofrecerme como pantalla cinematográfica, en donde ellos proyecten su película, sus intereses. Siempre un paso atrás, acompañando en el camino, teniendo como punto hipotético en el horizonte que sean felices. Y así empezaron las clases.

La historia de Luis

Al transcurrir los primeros días se empezó a manifestar alegre y participativo. Comenzó a traer aportes de su casa para el trabajo diario sin que nadie le pidiera el material. Dejó de faltar, dejó de ir a encerrarse al baño, dejó de buscar estar en el montón para hablar, contar, cantar, organizar actividades y demás.

Tanto interés tenía por contar sus cosas que aproximadamente a los 20 días del inicio escolar llegó al Colegio, se recostó sobre la mesa y lloró con "mucha angustia". No podía hablar y seguía llorando. Pregunté a la gente del gabinete y a su maestra del año anterior si ésto era habitual en él y me respondieron que jamás lo habían visto ni llorar ni en un estado parecido. Decidí sentarme con el grupo a esperar que Luis pueda hablar. Le comenté que realmente estabamos preocupados, que nos gustaría saber que le pasaba, que lo queremos mucho y nos entristece verlo así. Inmediatamente y con mucha "angustia" comienza a hablar. Cuenta que estaba muy mal porque como él tenía 21 años ahora podía hacer los trámites del banco solo y que había ido el día anterior y se había encontrado que no tenía ni un peso de la herencia que su padre le había dejado y relató la muerte de su padre cuando él tenía 2 años. Ya en otras ocasiones había manifestado su preocupación por el dinero, que su madre comentaba que la plata no le alcanzaba, él decía que ya no estaba para ir al colegio sino que tenía que trabajar para ayudar en su casa y encima ahora se encontraba que no disponía de esa plata. Esta situación la describió mientras lloraba. Le envié una nota a su mamá explicándole la preocupación de Luis, nota que ella contestó adjudicando esta situación a los delirios de su hijo y manifestando cierto mal humor ante esta situación. Debido a ésto y a que Luis seguía muy angustiado, le dije que él ya era grande y que podía contarme todo lo que quisiera y que yo no tenía porque darle cuenta a su madre. A partir de esta intervención mía Luis comienza a tener una actitud totalmente diferente en el colegio: se muestra y dice estar feliz, se interesa muchísimo más por las actividades escolares y comienzan a producirse cambios notables en sus producciones. Paralelo a ésto recibimos un llamado de la Psicóloga que lo atiende quien dice que está muy preocupada porque su paciente está perdiendo el lenguaje y que necesita tener una entrevista con el Colegio. La profesional debo destacar es amiga de la mamá de Luis y él esto lo sabe. Al encontrarnos con ella se sorprendió al explicarle que Luis no sólo habla perfectamente en el Colegio sino que además se muestra muy interesado en contar todo lo que le pasa todos los días.

Aclarados estos puntos voy a centrarme en la actividad especifica que quiero trabajar que es la lecto-escritura.

Luis copiaba perfectamente lo que Fernando, un compañero (el único que hasta el momento escribía) escribía en el pizarrón, se concentraba en la tarea y se preocupaba que no hubiese ningún error. Al pedirle que pase y escriba buscaba la forma de no hacerlo sin decir que no sabía. Seguía copiando perfectamente sin errores ya que éstos, si los hubiera, le iban a traer no solo el reto de su madre sino que también de su abuela. Uno de los días hago el comentario que por suerte el pizarrón se puede borrar y volver a escribir, por lo tanto nadie ve nuestros errores si nosotros no queremos.

Un día, ante el apuro que a veces nos trae la actividad escolar, yo le pido a Fernando que haga la lista de lo que había que ir a comprar. Yo le decía las palabras y él las escribía, ante mi sorpresa quien iba diciendo que letras debía poner Fernando era Luis. No quise hacer ningún tipo de intervención, seguí yendo de aquí para allá mientras decía la lista que era: manteca, dulce de membrillo, empanadas, globos. Nos fuimos a realizar la compra.

A la semana siguiente, Fernando, nuestro adolescente escritor falta unos días debido a una otitis. Al preguntar yo ¿quién va a escribir hoy? Luis se levanta, se acerca al pizarrón y espera lo que tiene que escribir. Le pido si puede poner la fecha y escribe como siempre HOY ES y se queda esperando, le digo lentamente el nombre del día y lo va escribiendo. Luego consultamos entre el resto el número y él lo escribe, lo mismo con el mes y el año. Luis escribió en el pizarrón HOY ES JUEVES 4 DE MAYO AÑO 2000.Al día siguiente Luis pasa solo al pizarrón vuelve a poner HOY ES, se queda esperando y al decir yo lentamente las palabras las va escribiendo. Lo hace con inseguridad, busca rápidamente el borrador aunque no lo necesite usar, antes de poner las letras me pregunta si es o no la correcta, le insisto que él sabe y que si es necesario tenemos el borrador. Luis escribe HOY ES MARTES 9 DE MAYO AÑO 2000.

Se reintegra Fernando y cada uno vuelve a ocupar su lugar correspondiente ya que al interceder yo y pedirle a Luis que pase a escribir no lo puede hacer, Fernando se burla de él. Ninguno de los dos permiten mis intervenciones.

Pasan unos días y Fernando se vuelve a enfermar y a partir de ese momento Yo le pido a Luis que escriba todo en el pizarrón. Lo hace perfectamente, con sus dudas y su borrador, siempre primero en el pizarrón y luego copiándolo perfectamente en su cuaderno. Algunos ejemplos de su trabajo son: además de poner todos los días la fecha, escribe: FUIMOS AL CINE. STUAR LITLE. RATON- CHICO-MAMÁ-PAPÁ-GATO.HAY GENEROS DE PELICULAS. POLIOCIAL-ACCION-TERROR-COMEDIA-DRAMA-COMICA-DIBUJOS. Así continúa el trabajo de Luis, va escribiendo mientras yo lentamente lo acompaño diciéndole la palabra, quedándome al lado suyo con el borrador.

Fernando se reintegra al colegio. ¿Qué pasó cuando yo dije quién pasa a escribir? Avasallante e invasivo pasa Fernando, Luis se para y le dice "Ahora escribo yo", Fernando lo mira sobrándolo. Vuelve a su lugar como esperando poder burlarse del error que va a realizar su compañero. Luis escribe el día y el nombre de la actividad que vamos a realizar. Fernando no dice nada. Al día siguiente vuelve a pasar Luis y escribe la fecha, Fernando también quiere escribir, le sugiero, que por suerte ahora no tiene el solo la responsabilidad de escribir en el pizarrón que la puede compartir. Al rato me pide si puedo enseñarle la letra cursiva, nos ponemos a trabajar en ella.

Hoy Luis escribe al igual que Fernando, pero éste cuando quiere se diferencia haciéndolo en cursiva ésto a Luis no le afecta.

Llegado a este punto puedo decir que Luis continúa sumamente interesado por la escritura. Sigue escribiendo todo en el pizarrón, en hojas sueltas y en la computadora. Todavía necesita que yo esté a su lado diciéndole las palabras lentamente. Lo que todavía no puede Luis es enfrentarse a la hoja de su carpeta y escribir directamente en ella.
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