Nacemos indefensos, sin ninguna capacidad ni habilidad. Todo lo que seamos a futuro dependerá de nuestro entorno y del desarrollo de nuestro cerebro en los primeros siete años de vida. Así lo expresa la psicóloga Irene Blanco de Velásquez, especialista en Desarrollo Infantil y Psicoterapeuta Familiar, quien agrega que al nacer el cerebro del niño está limpio de conductas genéticas y constitucionalmente heredadas, salvo una serie de reflejos que le permiten su supervivencia, como la succión, la respiración, y la circulación, entre otros. "Lo que sí posee el niño es un cerebro con una infinita capacidad de asimilar toda la experiencia social acumulada por la humanidad durante cientos de generaciones, y que le es transmitida básicamente por el adulto que lo cuida y atiende, sobre todo en los primeros momentos de la vida".

Esta capacidad de asimilación de la estimulación del mundo circundante es lo que se conoce como plasticidad del cerebro humano. Al preguntarle acerca de qué hacer para adquirir las habilidades y capacidades explica que el cerebro es como un músculo, ya que crece a medida que se usa. El desarrollo de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social en los humanos ocurre más rápido durante los primeros años y que depende básicamente de la estimulación recibida.

"El medio ambiente, o lo que es lo mismo la estimulación, afecta el número de células cerebrales, las posibilidades de sinapsis entre ellas y la manera como dichas conexiones se establecen, además de dejar huellas definitivas en la psiquis humana. Se ha comprobado científicamente que la ausencia de estimulación genera daños irreversibles en el individuo". En este proceso de estimulación es fundamental que padres, docentes, cuidadores, tomen en cuenta las particularidades de la infancia y que tengan conocimiento de los períodos sensitivos de su desarrollo; entendiendo como períodos sensitivos los momentos del desarrollo del ser humano en que determinada cualidad o función psíquica encuentra las mejores condiciones para su surgimiento y manifestación.

"De no recibirse la estimulación requerida en ese período, la cualidad o función no se formará, o se formará deficientemente", acota. Podemos concluir que para convertirnos en seres humanos no es suficiente que tengamos un cerebro humano. Necesitamos condiciones humanas de vida que, además, actúen en el momento preciso para que nuestro proceso de humanización se lleve a cabo.

Asegura que existen situaciones de alto riesgo o desventajosas para los niños que generan consecuencias trascendentales para sus vidas; pero que, sin embargo, éstas pueden ser evitadas gracias a la planificación y puesta en marcha de programas de intervención temprana.

Observa que, afortunada o desafortunadamente, no hay una segunda oportunidad para la infancia.

De allí que, conociendo toda la información acerca de la importancia de esos primeros años de vida, resulte fundamental para los padres esmerarse y entregarse a la lucha por el bienestar salud, nutrición, crecimiento, aprendizaje y desarrollo. Es decir, por la felicidad de cada niño.

Bebés tecnológicos

La era digital está influyendo de manera determinante en el proceso de estimulación de los bebés conjuntamente con las tradiciones, los juegos, canciones y ejercicios sencillos. Es la llamada estimulación temprana 2.0 o "bebés tecnológicos".

Los padres usan los avances de la tecnología para la enseñanza de sus hijos, la cual ha presentado un auge impresionante pues ya en la vida diaria se fomenta constantemente. Estos bebés son llamados "nativos digitales" por la capacidad natural que tienen para interactuar con la tecnología, se podría decir que de una forma intuitiva. Con solo ver unas cuántas ocasiones cómo un adulto opera un dispositivo lo imita y mejora su habilidad.

Al respecto se puede mencionar la iniciativa de la empresa Rullingnet, que creó una tablet dirigida a los niños menores de tres años. Se trata de "Vinci Tab", la cual tiene características específicas y busca convertirse en una herramienta didáctica que los padres usen para favorecer el desarrollo emocional y social de los niños.

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12/10/2013