Un consumo elevado de marisco durante el embarazo podría beneficiar el desarrollo neurológico del futuro hijo, según sugiere un estudio de los National Institutes of Health, de Bethesda (Estados Unidos) y la University of Bristol (Reino Unido). Las conclusiones de la investigación, que se publican en “The Lancet”, muestran un mejor funcionamiento neurológico en los niños cuyas madres consumieron más de tres raciones de marisco a la semana en comparación con el de aquellos niños de madres que no tomaron o tomaron bajas cantidades de estos alimentos.
Los científicos evaluaron los posibles beneficios y peligros para el desarrollo infantil del consumo de diferentes niveles de mariscos durante el embarazo. El consumo de menos de tres raciones por semana, unos 340 gramos, se asoció con un aumento del riesgo de que los niños se situaran en el cuartil más bajo de coeficiente intelectual verbal, en comparación con madres que consumían una cantidad mayor a esta.
Además, el consumo reducido de mariscos se asoció con un mayor riesgo de progresión por debajo de lo habitual en la conducta prosocial, las habilidades motoras sutiles y el desarrollo social. En las distintas medidas, un menor consumo de marisco durante el embarazo se correspondía con un mayor riesgo de progresos en el desarrollo por debajo del nivel óptimo.
Los investigadores explican que aunque los mariscos son la fuente principal de ácidos grasos omega 3, esenciales para el desarrollo óptimo del cerebro del feto, las autoridades estadounidenses aconsejan a las embarazadas limitar su consumo a 340 gramos semanales para evitar la exposición del bebé a neurotoxinas procedentes de restos de contaminantes. Los resultados, señalan los autores, indican que no existen datos que apoyen tal advertencia y subrayan la importancia de no consumir una cantidad menor a las tres porciones semanales de marisco.
The Lancet 2007;369:578-585
18/04/2007
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