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Estimular el cerebro permite mejorar el movimiento

La estimulación cortical o cerebral no invasiva pretende activar o suprimir la actividad de ciertas áreas del cerebro. Se aplica a través de la piel de la cabeza del paciente, sin llegar a intervenirlo. Este tipo de estimulación permite mejorar el movimiento de los afectados por traumatismos craneoencefálicos, según el investigador Álvaro Pascual-Leone, catedrático de Neurología y Neurociencia de la Facultad de Medicina de Universidad de Harvard.

Considerado un referente mundial en la especialidad, colaborará con el equipo que dirige José M. Tormos en el Instituto Guttmann de Neurorrehabilitación en una investigación sobre estimulación cerebral no invasiva, gracias a una Cátedra de Biomedicina de la Fundación BBVA.

Los candidatos a este tratamiento, por ahora experimental, han sufrido lesiones traumáticas que causan una sintomatología neurológica suficiente para requerir una hospitalización prolongada así como neurorrehabilitación, ha explicado Pascual-Leone.

Previamente a su aplicación, se realiza una resonancia magnética anatómica para evaluar la lesión cerebral; una exploración clínica detallada, que permita valorar los daños neurológico, psicológico y neurofisiológico del paciente, a fin de identificar cuáles son las dificultades que tiene en la ejecución de distintas tareas y por qué; y una RM funcional para identificar qué áreas del cerebro del afectado se activan. Asimismo, permite comparar su actividad cerebral a la de sujetos sanos y, tras la estimulación, comprobar en qué dificultades ha mejorado el paciente y cómo ha variado su actividad funcional.

Existen distintas formas de estimular el cerebro afectado. Una de ellas es la estimulación electromagnética transcraneal, que consiste en utilizar campos electromagnéticos para generar una corriente sobre diferentes áreas del cerebro. Tiene utilidad diagnóstica para evaluar la conectividad del tejido nervioso; estimular reiteradamente distintas áreas cerebrales es suficiente para modificar su nivel de actividad.

Otra modalidad es la estimulación transcraneal por corriente directa. A diferencia de la anterior, se aplica una corriente eléctrica muy baja, de 1 ó 2 miliamperios, y que aparentemente no induce cambios en el cerebro. A pesar de esta aparente ausencia de cambios, el movimiento mejora.

Diario Médico
24/10/2007

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