Los socios del Centro de Personas Sordas de Palencia llevan más de tres décadas luchando para que se reconozcan sus necesidades y para conseguir que la sociedad tome conciencia de las barreras a las que tienen que hacer frente cada día. Ana María Abarquero es la delegada de actividades culturales de este centro, agrupación organizadora de las jornadas Educación y Discapacidad Auditiva. Como complemento a las jornadas, el Centro de Personas Sordas ha convocado un concurso de fotografía que, bajo el título 'La imagen del silencio', pretende ofrecer una mirada singular sobre la discapacidad auditiva.

-¿Está de acuerdo en que no hay más sordo que el que no quiere oír?

-En cierta medida, sí. Es cierto que las personas sordas pasamos desapercibidas, ya que nuestra discapacidad es en cierto modo invisible, por lo que es más fácil concienciarte con lo que se ve, con las necesidades de una persona ciega o en silla de ruedas. Es muy difícil que las personas oyentes sepan lo que supone no tener acceso a la información y a la formación en tiempo real, sin las adaptaciones y recursos adecuados.

-¿Quiénes están más sordos en este caso, los ciudadanos de a pie o los políticos?

-A nivel nacional falta mucho por hacer. Tenemos reivindicaciones pendientes de atender, como la ley por la que se reconoce la lengua de signos española, que fue aprobada el 23 de octubre del 2007. Sin embargo, no se aprecian diferencias de la situación anterior con respecto a la actual.

-¿Cuáles son las principales barreras con las que se encuentran las personas sordas?

-Nuestras barreras no son arquitectónicas, son de comunicación. El acceso a los locales, tengan o no escaleras, lo hacemos sin problemas, a lo que no llegamos es al contenido de las películas en el cine, por ejemplo.

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8/01/2010