El psiquiatra y pediatra vienés Hans Asperger publicó en 1944 su tesis doctoral, en la que describía a una serie de niños de entre seis y 11 años que mostraban marcadas dificultades en la interacción social, pese a ser normales en el aspecto cognitivo y verbal. No sería hasta 1981 cuando la psiquiatra inglesa Lorna Wing hablaría por primera vez del conjunto de síntomas descritos por el doctor como síndrome de Asperger, el cual quedaría catalogado como tal por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en 1994, dentro de los trastornos de tipo autista.

A pesar de ello y de su elevada prevalencia, este síndrome, del que hoy se celebra el Día Internacional, sigue siendo desconocido para la mayoría; contra esa falta de información combaten organizaciones como la Asociación Asperger Castilla-La Mancha, con sede en Ciudad Real y enfocada a apoyar a los padres que tienen un hijo con esta condición.

Su presidente, Frank Spain, remarca que “es importante saber que no es una enfermedad: es un trastorno neuronal”. Los afectados, explica, tienen un coeficiente intelectual normal, pero con dificultades que pueden ser malinterpretadas como signos de retraso mental.“Dicen que los autistas viven en su propio mundo: los Aspergers viven en nuestro mundo, pero a su manera”, asegura a modo de resumen.



Rasgos distintivos

¿Cómo se determina si alguien tiene Asperger? El manual de diagnóstico DSM-IV indica que se puede hablar de Asperger cuando el afectado presenta dificultades en el contacto y trato con sus iguales, en parte porque no hay reciprocidad emocional, y tiene unas áreas de interés muy concretas de las que llega a poseer un conocimiento enciclopédico.

A pesar de tener más autonomía que los que sufren otros trastornos del espectro del autismo, la vida de un afectado de Asperger y su familia no es un camino fácil, sobre todo cuando no está diagnosticado. Los niños y adolescentes que lo padecen sin saberlo suelen ser dados de lado por sus compañeros y en no pocos casos se convierten en víctimas de acoso; además, su rendimiento académico se resiente, al no ser tenidas en cuenta sus necesidades educativas.

Si para los niños y jóvenes es algo duro, para los adultos sin diagnosticar puede ser aún peor. Frank Spain subraya que estos afectados no tienen prácticamente adónde ir, porque en las unidades de salud mental a las que les corresponde ir no conocen lo suficiente el problema. Ayudar a estas personas, anuncia Spain, es el próximo reto de la asociación.



Información

No obstante, eso tendrá que esperar, porque el trabajo de la Asociación Asperger C-LM está volcado hoy en día en los niños y jóvenes. La entidad, que lleva cinco años funcionando, organiza talleres de padres para que expongan sus problemas y escuchen los de otras personas en su situación, y charlas en colegios e institutos para que los profesores y tutores conozcan las necesidades educativas de estos chicos. La principal necesidad de afectados y padres, remarca Spain, es la información, y ellos procuran ‘ir al grano’ con ella.

La asociación dispone además de una dirección en Internet, http://asaclm.blogspot.com, en la que ofrecen diversos recursos de información y enlaces. Los interesados en contactar con la asociación pueden hacerlo a través de la dirección de correo castillalamancha@asperger.es, o bien en los teléfonos 926 42 75 37, 926 36 11 20 o 680 68 74 17

http://www.eldiadeciudadreal.com
8/04/2010