El juego es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo intelectual y emocional de los niños. A través del juego los chicos exploran y descubren el mundo por sí mismos. Aprenden a coordinar su psicomotricidad y a desarrollar su inteligencia, estimulando múltiples capacidades, como por ejemplo: la creatividad, la imaginación, la concentración, la fluidez verbal, y los sentidos. Cuando un niño juega con otros, además, este se socializa y comienza a gestar, sus futuras habilidades sociales: aprende a trabajar en grupo, a compartir, a negociar, a resolver conflictos y a defender sus puntos de vista.
El juego es clave para el desarrollo de los niños. Gracias a él, nuestros hijos se divierten y casi sin darse cuenta van aprendiendo a desenvolverse en la vida: ¿quién mejor que nosotros, sus padres, principales encargados de su educación y bienestar, para formar parte de sus juegos?. La realidad es que nuestro estresante ritmo de vida actual, nos deja muy poco o nada de tiempo para jugar con ellos, pero tenemos que aprender a organizarnos y reservarles un espacio en nuestra vida.
Jugar con ellos, participar de sus fantasías y alegrías, es una buena forma de demostrarles cariño, de conocernos más, de mejorar los vínculos y la comunicación con ellos. En oportunidades, gastamos mucho dinero en juguetes maravillosos, pero olvidamos que son múltiples las actividades lúdicas y educativas que podemos realizar juntos: ir a la plaza, jugar al futbol, armar un rompecabezas, escuchar y proponer hacer música, leer y debatir sobre un libro o película, etc. Mediante los juegos con reglas, por ejemplo, podemos enseñarles valores importantes como el compañerismo, la tolerancia y el respeto.
Otra de las virtudes del juego, es que funciona como un gran canalizador de sentimientos y emociones, pero no sólo para los niños, sino también para nosotros los adultos, que podemos encontrar en el juego con nuestros hijos, esa gran válvula de escape que necesitamos para superar y recuperar fuerzas después de un día trabajo, de las preocupaciones y el estrés de nuestra vida cotidiana.
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11/07/2010