Pablo y Raúl tienen desde hace dos semanas una responsabilidad que cumplen a rajatabla. Cada mañana, nada más levantarse se preocupan de que Álex, su perro de raza golden retriever, tenga desayuno; luego, de salir con él a pasear, de cepillarlo y de jugar con él. A cambio, Álex les da seguridad, compañía y constituye una ayuda para su estabilidad emocional, como explica Elena Haedo, secretaria de la Asociación de Perros de Asistencia y Animales de Compañía (PAAT) de Zamora.

Pablo y Raúl son unos gemelos de cuatro años, con autismo, que residen en Burgos. Sus padres, Raúl y Silvia, conocieron la experiencia de una familia de Burgos y otra de Madrid, que consiguieron a través de la asociación perros de apoyo para sus hijos, también autistas. Se pusieron en contacto con el colectivo en Zamora a finales del año pasado y, tras el período de adiestramiento del perro y un tiempo con la familia, el animal se ha integrado ya en la familia «y les va estupendamente», afirma Haedo.

Período de adaptación

El primer contacto fue con los padres, que se desplazaron a Zamora para conocer el trabajo de la asociación y el perro que iba a convertirse en el apoyo al cuidado de sus hijos. Luego los cuatro pasaron cinco días con los responsables del adiestramiento de Álex, en un período de adaptación y de entrenamiento específico, antes de llevárselo a casa.

La PAAT, que se dedica desde hace más de dos años al adiestramiento de perros de asistencia para personas con algún tipo de discapacidad, como invidentes o autistas, se hace cargo no sólo del entrenamiento, sino de la alimentación de perro y de sus revisiones veterinarias, incluso cuando ya está con la familia. Además, hacen un seguimiento de la integración del animal y la familia y, así, recientemente, el propio presidente visitó la casa de Pablo y Raúl para asegurarse de que el entendimiento con los niños era el adecuado; «todo fenomenal», resume la secretaria de la asociación sobre le resultado de la visita. Y es que con el golden retriever, los gemelos no sólo tienen un amigo, sino que la presencia del perro contribuye a que estén tranquilos y, por tanto, más felices. Además, les ayuda a fijar su atención en sus cuidados y se olvidan de sus miedos, «porque cuando un niño autista se encariña con algo, se vuelca con ello».

Álex les aporta, además, seguridad y ayuda a los padres a tenerles controlados. El animal lleva dos cinturones en el lomo para que los niños puedan ir cogidos a ellos uno a cada lado, y salir con él a la calle sin miedo. Se trata de una raza muy apropiada para este tipo de ayuda, ya que son perros dóciles, cariñosos y tranquilos.

Esta iniciativa es pionera en Europa y la asociación ya tiene tres nuevas solicitudes de padres de niños autistas. Ahora cuentan con seis perros en periodo de adiestramiento y otros seis a la espera de empezar la enseñanza, «ojalá pudiéramos tener más, pero el presupuesto no llega». Y es que la PAAT se financia únicamente con las cuotas de los socios, 50 euros al año, con lo que todavía no han reunido lo suficiente para disponer de un centro de adiestramiento, su principal aspiración. De hecho, el trabajo con los perros se hace en las casas del presidente y de una de las socias cofundadoras. Son todos ellos animales donados por criadores o particulares.

Actividades como la reciente 'cena a ciegas', servida por varios restaurantes de la ciudad y con la asistencia de Agustín Zubiri, contribuyen a complementar los fondos de la asociación.

http://www.nortecastilla.es
20/08/2010