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Las crisis sutiles en los recién nacidos.

En cualesquier etapa de la vida, el sistema nervioso es altamente sensible a agresiones internas y externas. El período de gestación, bajo la protección materna y el momento del nacimiento no escapan a esta a regla.

El sistema nervioso de un niño se puede dañar en cualesquier momento de la ontogenia. Es decir, desde el momento mismo de la fecundación, durante el embarazo, muy frecuentemente durante el parto y, por supuesto en cualesquier momento de su vida extrauterina. Para redondear esta afirmación, debemos recordar que algunas lesiones genéticas hereditarias (no mutaciones de novo) son una alternativa de lesión cerebral pre-existente al futuro bebé. Por ejemplo, la neurofibromatosis y la esclerosis tuberosa.

La consecuencia de un daño cerebral se puede manifestar de inmediato o tardíamente y en forma permanente o por accesos, esta última forma se ha denominado paroxística y tiene cuasi-infinitas formas de presentación.

Paroxístico significa un evento de presentación brusca, inesperada, de carácter explosivo. Así son las convulsiones, todas las formas de epilepsia, los ataques de migraña, las desconcertantes parálisis periódicas y otras formas de lesión neurológica.

El recién nacido, aún en las primeras horas de vida, puede presentar convulsiones, Sin embargo, por su considerable inmadurez estas crisis pueden pasar desapercibidas o ser confundidas por movimientos propios de su edad, tanto por los familiares como por los colegas pediatras sin experiencia en el tema. Es importante recordar que las convulsiones del recién nacido, especialmente en prematuros, son muy breves y carecen del impacto visual que tienen las convulsiones de un niño de 1 ó 2 años de edad. La pobreza de circuitería cerebral neonatal impide la difusión y/o sostenimiento de la descarga anormal, evitando una fuerte interacción entre los hemisferios cerebrales y/o el cerebro y el tallo cerebral.

Usted estimado lector(a) debe poner especial atención a movimientos bruscos , inexplicables, "raros" y repetitivos que un bebé pudiese presentar. Las siguientes variantes son ilustrativas: 1) Todo el cuerpo tónico ("tieso") y deja de respirar, pudiendo ponerse morado (cianótico) . 2) Brincos o sobresaltos únicos o repetitivos de una extremidad o de ambas de un mismo lado del cuerpo. 3) Brincos o sobresaltos en las 4 extremidades, con carácter alternante. 4) Brinco o sobresalto breve pero intenso del cuerpo y/o de las extremidades (mioclonias) . 5) Acceso de risa es siempre anormal y, como lo hemos ya publicado, se asocia a un tumor cerebral denominado hamartoma. 6) Desviación de los ojos hacia arriba o hacia un lado . 7) Cuerpo "tieso" seguido de flacidez generalizada y un profundo dormir. Todas esas formas de movimientos paroxísticos, involuntarios y repetitivos, son crisis convulsivas del neonato y manifestación de daño cerebral y debe buscarse la inmediata asesoría de un epileptólogo para establecer el diagnóstico Neuroneonatológico y evitar mayor lesión. La atención inmediata de los casos en que faltó oxígeno, se aplicó fórceps o partos prolongados, exigen un estudio neurológico para establecer el grado de daño cerebral y las medidas apropiadas que eviten un daño mayor. Los casos de tumores cerebrales, especialmente hamartomas, deben ser operados de inmediato.

http://el-mexicano.info
31/08/2010

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