Miembros de la Asociación Autismo Vigo llegaron este fin de semana al escoespacio de O Rexo, en el municipio de Allariz para participar en las actividades asistidas con animales. Una de las jóvenes se bajó del microbús llorando, algo extraño notaba en su rutina diaria. Para estos chicos, es fundamental que todo en su vida sea algo que puedan manejar. Los cuatro visitantes, con sus monitoras y el personal de la asociación Andrea, fueron al prado donde vive la manada de burros de terapia.
En menos de tres minutos el primer animal se dejó ver desde el fondo del prado, yendo a olfatear a los visitantes y a satisfacer la misma curiosidad que demostraron los otros catorce ejemplares.
Elsa Pérez, psicóloga clínica, explica que el trastorno del espectro autista conlleva problemas de comunicación e interacción con las personas. «El contacto con el animal les permite una interacción más relajada y sencilla. Para estas personas es un bálsamo», dice.
Al contactar con un animal tan tranquilo, el autista siente calma. Hasta la joven que lloraba se tranquilizó y disfrutó acariciando a los burros. «En su mundo caben muy pocas cosas y la inclusión de un animal en su vida les permite tener más afectividad, un compañero más», dice Pérez.
David Lema les hace pruebas de psicomotricidad al aire libre con unos juegos. Unos cepillaron a los animales mientras otros los acariciaban. Agradecimiento por ambas partes. Todo era tranquilidad y satisfacción en las instalaciones alaricanas de O Rexo.
El Centro de Asinomediación y Terapia Asistida con Burros para personas en desventaja física, psíquica y/o social de la Asociación Andrea, es una experiencia pionera en España dirigida por profesionales de la psicología con una amplia trayectoria.
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16/10/2011