Los problemas del aprendizaje no implican falta de inteligencia. Pueden presentarse en niños y niñas con una inteligencia normal e incluso superior que enfrentan retos en áreas específicas del aprendizaje.

Tampoco se derivan de daños cerebrales: “Es un cerebro normal, que funciona de una manera diferente”, dice la psicopedagoga Emma Carolina Fernández.

Por norma, se presentan en áreas puntuales como la lectura (dislexia), la escritura (disgrafia) o los procesos lógico-matemáticos (discalculia).

“La dislexia, la disgrafia y la discalculia no se curan, sino que aprenden a manejarse”, afirma Fernández.

Detectar temprano alguna diferencia en el aprendizaje exige de los padres capacidad de observación.

Aunque cada niño o niña se desarrolla a su propio ritmo, los padres pueden ver señales que indiquen una posible diferencia en la forma en que aprende: no se enfoca, le cuesta organizar objetos o armar rompecabezas, no sigue bien las instruccionesÖ Sin embargo, en este punto, según Fernández, no es necesario buscar ayuda profesional: recomienda realizar juegos y dinámicas que ayuden al pequeño o pequeña a desarrollar las habilidades y aptitudes sobre las cuales se fundamenta el proceso de aprendizaje.

Advierte que si un niño está presentando retos al momento de copiar o de leer, antes de afirmar que tiene dificultades en el aprendizaje hay que descartar posibles limitaciones físicas como baja visión o audición.



LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA

El dilema con las dificultades en el aprendizaje -que Emma Carolina Fernández prefiere llamar diferencias en el aprendizaje- es que suelen detectarse a partir de los cinco o seis años, cuando el niño entra al proceso formal de enseñanza.

De ahí la importancia de la educación y la estimulación tempranas, por medio de las cuales el chico o chica adquiere la mayor cantidad posible de herramientas que le permitan adquirir el conocimiento.



Diferencias que no impiden el éxito

En la década de 1970 a cualquier problema del aprendizaje se le daba el nombre de disfunción cerebral mínima. Con el desarrollo de las neurociencias y una mejor comprensión del funcionamiento del cerebro, surgieron varias denominaciones a partir del área del cerebro que estuviera funcionando de manera distinta a lo esperado. Ahora, cuando un niño tiene problemas en la lectura se habla de dislexia; en la escritura, disgrafia, y en los procesos lógico-matemáticos, discalculia.

De acuerdo con la psicopedagoga Emma Carolina Fernández, directora de El Mundo del Aprendizaje, es importante definir no sólo el área problemática para el niño o niña, sino también sus fortalezas para usar estas últimas en el programa de trabajo para “normalizar los procesos”.

De no detectar y tratar a tiempo las dificultades del aprendizaje, advierte Fernández, el niño o niña no sólo tendrá problemas académicos y emocionales, sino que empezará a mostrar problemas conductuales dentro del aula y podría suceder una de dos situaciones: o que sea expulsado de la escuela o que deserte. Al llegar a la adolescencia, ese menor podría o convertirse en un antisocial o caer en depresión.



Terapia

Si a pesar de la estimulación y la educación temprana, el niño o niña evidencia dificultades en la expresión y recepción del lenguaje, en la escritura, lectura o procesos lógico-matemáticos, hay que evaluarlo para iniciar una terapia remedial. Dicha evaluación debe estar a cargo de un psicólogo o psicopedagogo.

Enseñarle a un niño las estrategias para aprender no es cuestión de repetirle lo mismo que le dan en el colegio o escuela. La terapia remedial busca estrategias nuevas que le permitan adquirir el conocimiento, por eso hay que acudir a un profesional en la materia.



Aceptación

“Cuando un niño presenta diferencias en el aprendizaje, uno de los retos más grandes para los padres es aceptar que su hijo presenta una dificultad, ‘enterrar’ a ese hijo perfecto”, comenta Fernández.

Señala que, superada esta primera fase, los padres deben informarse sobre la condición de su hijo, buscar herramientas útiles tanto para ellos como para los maestros y convertirse en defensores de su hijo.

Detectadas y abordadas a tiempo, las diferencias del aprendizaje no impiden a la persona completar sus estudios y llegar a ser un profesional de éxito.



DEFINICIÓN DEL CONCEPTO

¿Qué son las dificultades del aprendizaje?... La psicopedagoga Emma Carolina Fernández dice que este concepto “se aplica principalmente a niños en edad escolar antes del ingreso a primero de primaria o durante los primeros siete años de vida. A estos niños se les dificulta de manera particular el aprendizaje de tres materias: lectura, matemáticas, escritura y la expresión o recepción del lenguaje. A pesar de tener una inteligencia normal o incluso excelente en algunas áreas y la ausencia de problemas sensoriales o motrices, presentan diferencias con relación a lo esperado”.

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31/08/2012