Usted es el creador, organizador y «alma máter» del festival de monólogos a favor de la «Asociación Síndrome de Down de Jaén». ¿Cuándo será el festival?
-Como siempre la última semana de septiembre. Ésta es la cuarta edición de la gala y ya podemos decir que se ha institucionalizado en la ciudad. Jaén se revoluciona porque son muchos artistas los que vienen cada año y, sobre todo, porque el fin merece la pena.
-¿Qué tiempo lleva colaborando con la asociación?
-Siete años, desde el día que un amigo me trajo a ver la sede y se me cayó el alma a los pies cuando vi las condiciones tan penosas en las que se encontraban las instalaciones. Así que nos pusimos manos a la obra, y después de varios años de lucha conseguimos dinero y fuerza para darle a los críos el sitio que merecen, un local con luz natural, con espacio y con una accesibilidad razonable y adecuada a las dificultades de movilidad que tienen algunos de ellos. Y ya llevamos un par de años funcionando muy bien en la sede nueva.
-¿Qué le aportan estos niños?
-Mis niños, como yo les llamo, me lo aportan todo. Es una forma de ver la vida completamente distinta a la que tenemos los demás. Te enseñan que el más pequeño de los logros puede considerarse el mayor de los triunfos, y que hay que querer sin esperar nada a cambio. Yo aprendo de ellos todos los días.
-¿Ahora tienen algún nuevo proyecto?
-Ahora queremos hacer cinco duchas en las instalaciones para que puedan obtener el reconocimiento oficial de «Centro de Dia». Así podremos tener más niños y darles más prestaciones. Como ve, las instituciones no ponen ni dinero para duchas.
-Usted es un hombre polifacético, lo que no sabía es que también era buen jugador de póker..
-Eso fue en el «Pokerstar», un programa de la televisión. Ésa es la única vez que he jugado en mi vida. Me enseñaron las cuatro normas y lo curioso es que empezaron a entrarme cartas, no sólo a mí, también a los otros dos famosos que jugaban conmigo. El caso es que jugábamos contra dos profesionales y éstos fueron los que perdieron. Recuerdo que nos citaron para grabar a las ocho de la mañana y tenía que parecer que se jugaba a la una de la noche. Y la verdad es que dio el pego porque teníamos cara de sueño por el madrugón, no por haber trasnochado.
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20/10/2012