Diplomado en Magisterio y casi licenciado en Piscopedagogía, además de actor galardonado con la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián 2009 por su interpretación en el filme 'Yo, también'.
- ¿Cómo eligió sus estudios?
- Fue fundamental un profesor de la Universidad, Don Miguel López Melero, que lleva muchísimos años conmigo. Yo quería ser periodista, abogado o algo así, pero él me aconsejó: «elige Magisterio, que tiene más salidas». Era el año 1995. Cogí la rama de Educación Especial y aprobé todo. Luego me especialicé en Psicopedagogía y ahí estamos. Aún me quedan algunas asignaturas...
- ¿Cómo recuerda su paso por la Universidad?
- En la facultad, cada uno va a su bola. ¿Es un inconveniente? Creo que sí; me sentía muy solo porque nadie me hacía ni puñetero caso.
- Ni a mí, pero eso forma parte de la normalización que persigue...
- Sí, pero cuando un síndrome de Down se ve solo, en realidad, está aún más solo.
- ¿Y dónde se ve mañana?
- Haciendo esto. Comunicando, dando charlas, conferencias sobre discapacidad. Me veo en comunicación.
- ¿Y la enseñanza?
- ¡Ay! ¡Tengo el corazón 'partío'! Porque dar clase es muy bonito, pero si te fijas, también es comunicación.
- ¿Se ve formando una familia en el futuro?
- Sí. No tengo novia. Me gustan las guapas y todas están pilladas. Además hay otro terreno difícil, que son los prejuicios. Por ejemplo: ¿qué le dice una chica a su padre? ¿Estoy con un síndrome de Down? Las barreras morales y mentales son las más difíciles de derribar.
- ¿Qué le gustaría enseñar a sus hijos?
- Les enseñaría a que cuando vean a alguien diferente le traten como lo que es, es decir, una persona. Que sepan que la diferencia es lo normal, lo natural.
- ¿Qué ha sido lo más difícil para llegar hasta aquí?
- Se tiende mucho a victimizar... Que si sufrimos esto, que si lo otro. Yo he sufrido como los demás y nunca ha sido por mi condición. Yo soy síndrome de Down y a mucha honra.
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18/01/2013