Los profesores españoles son los docentes que pasan menos controles externos, junto con los italianos, según un informe de la OCDE hecho público este miércoles. Un 36% nunca ha sido sometido a una evaluación docente formal y externa de su labor, según constatan los directores de los institutos, mientras que la media de los países de la organización es del 9%. Solo Italia está peor: el 70% nunca ha pasado una auditoría externa. El informe urge a España a poner en marcha un auténtico sistema de evaluación formal del profesorado, que no existe, y a conseguir que sientan que su desarrollo profesional es más atractivo y relevante. El 92% de los docentes españoles, además, cree que la sociedad no les valora.
Estas son las principales conclusiones del informe Talis 2013, el estudio internacional de la enseñanza y el aprendizaje que encuesta directamente a profesores y directores sobre su trabajo en las aulas. Los resultados españoles se han obtenido con cuestionarios a 3.339 profesores y 192 directores de centros, principalmente de la ESO. El informe completo incluye la participación de 106.000 docentes de 6.500 escuelas de 33 países.
¿Cómo se evalúa a los profesores? El control formal de su trabajo se puede hacer, según Talis, mediante inspectores, con encuestas al alumnado, evaluando sus conocimientos y las notas de sus alumnos, haciendo que ellos mismos se evalúen o atendiendo a los comentarios de padres y tutores. El sistema más habitual, tanto en España como en la OCDE, es el análisis de las calificaciones de los alumnos, es decir, una fórmula que no indaga directamente en el interior del aula.
Pese al aviso de la OCDE, España ha subido en evaluación externa en este último lustro. El primer informe Talis, publicado en 2009, señalaba que apenas un 24% de docentes había pasado un control externo, por detrás de Italia. La evaluación y preparación de los docentes es uno de los aspectos principales del nunca resuelto estatuto docente, la hoja de ruta que se comenzó a negociar sin éxito en la primera legislatura de Zapatero y que sigue sin acuerdo. El actual Ministerio de Educación negocia con los sindicatos cómo ponerlo en marcha, pero el documento sigue sin ver la luz.
Carlos Arrieta, director del IES Rosa Chacel de Colmenar Viejo (Madrid), lleva 34 años en las aulas, ocho en su actual cargo. Nunca fue evaluado como profesor y ahora pasa un control anual de la inspección como responsable del centro. “Necesitamos mejor formación y una evaluación periódica, porque no es sostenible que un docente pueda empezar a dar clases sin tener experiencia, igual que nadie se pondría en manos de un médico que nunca hubiera hecho una operación”, señala. Arrieta propone que los docentes más experimentados sean los tutores de los nuevos.
A Socorro Sancho, profesora de Matemáticas del IES Príncipe Felipe (Madrid) con 38 años de experiencia, la evalúan sus alumnos con una encuesta interna. Obtuvo un 6 de nota sobre un máximo de 7. Pero el resultado no le convence. “No sirve para mucho porque no todos los profesores la hacen. Y sale cara porque se necesita una persona dedicada exclusivamente a interpretar las encuestas y para eso no hay presupuesto”, añade.
Ismael Sanz, director Instituto Nacional de Evaluación Educativa, dependiente del Ministerio de Educación, destaca un problema añadido: “Los profesores observan la falta de repercusión que tienen los sistemas de evaluación a los que son sometidos”. En España, los métodos de evaluación formal no se utilizan para distinguir a los buenos profesores de aquellos cuyo desempeño es peor, señala también el informe.
Cuatro de cada cinco docentes españoles creen, además, que no se les dan facilidades o incentivos para que participen en actividades de desarrollo profesional —frente al 48% de media del estudio—, y solo el 2% dice recibir un complemento salarial por sus actividades fuera de las horas de trabajo.
El informe también pone de manifiesto otra característica propia de los docentes españoles: trabajan a puerta cerrada. El El 87% nunca ha observado la clase de otro profesor, casi el doble de la media OCDE. “Una de las claves que nos muestra Talis es que hay que abrir las clases, trabajar hacia afuera”, ”, valora Beatriz Pont, analista de la OCDE.
El próximo informe de la OCDE incluirá vídeos de las prácticas docentes para acompañar las encuestas, además de entrevistas a profesores y estudiantes.
La gran mayoría de los profesores españoles (95%) está satisfecha con su trabajo, pero solo el 8% cree que su labor es valorada por la sociedad. Este porcentaje queda muy lejos de la media de sus colegas en la OCDE y de otros estados, que llegan al 31%. Esa percepción contrasta con los datos del CIS, que sitúa la de profesores y maestros entre las profesiones más valoradas por los españoles (con 74 puntos sobre 100), solo por detrás de los médicos y por delante de abogados, jueces, periodistas o policías.Pese a todo, el 80% de los docentes considera que las ventajas de ser profesor superan claramente a las desventajas y el 88% volvería a serlo si pudiera decidir otra vez.
Los mexicanos, los más inseguros
Los más de 100.000 docentes que participaron en el informe Talis se sometieron a un amplio cuestionario de aproximadamente una hora de duración. Entre otras preguntas, se le pedía que señalaran si se sienten preparados para impartir contenidos, cuál era su nivel pedagógico o cómo se ven para dar formación práctica de sus alumnos.
Casi el 100% de los profesores españoles se considera bien o muy bien preparado en los contenidos, el 92% valora así su pedagogía y, también la habilidad para dar lecciones prácticas. En todos los casos están por encima de la media de la OCDE. En el otro extremo están Finlandia, México o Japón: casi una cuarta parte de los maestros de estos tres países dicen que no se sienten preparados para impartir contenidos, frente a una media del 7%.
El informe analiza tres grandes países latinoamericanos: México, Brasil y Chile. En estos dos últimos, los maestros dan más horas lectivas a la semana (25 de media en Brasil y 27 en Chile) que en España, con 19 horas lectivas de las 38 totales trabajadas. La media de la OCDE es de 20 horas de clases de un total de 38 semanales.
Chile es uno de los países de la encuesta en los que más proporción de profesores ha sido evaluado para este informe. Los directores constataron en este caso que el 95,9% de los docentes se enfrentaron a algún tipo de evaluación formal. En esas escuelas, los inspectores (u otros observadores) revisan el trabajo docente directamente en el aula en el 100% de los casos, según las conclusiones del informe. La mayoría asegura que los comentarios que reciben les sirven para mejorar su trabajo.
El Pais
27/06/2014