"Ver una sonrisa de un niño o un simple gracias compensa mi trabajo", explica Requina Jaber Martínez, que hace cinco años puso en marcha La Lagunita, un centro de hípica diferente, puesto que en él se realizan terapias asistidas con animales.
A este centro acuden niños con autismo, parálisis cerebral o esquizofrenía, y la mayoría de ellos, gracias al contacto con los animales logran mejorar en algunas parcelas de su vida. "Cada caso es muy diferente, pero a muchos les favorece a nivel de estimulación y satisfacción, y refuerza su autoestima. Hay niños que en la primera sesión de trabajo notas ya la mejoría", explica Requina Jaber Martínez.
Además de realizar este tipo de tratamientos, en este centro también se imparten clases de hípica adaptada. "Adaptamos las monturas para personas a las que le falta un brazo, o tienen algún tipo de discapacidad física"
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6/09/2014