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Inclusión social y discapacidad

Durante mucho tiempo se pensó a la discapacidad desde un punto de vista meramente médico. Actualmente este modelo ha sido rebasado y ha dado paso a uno social que entiende que la “normalidad” está sesgada a favor de los estereotipos culturales dominantes. Para el modelo social de la discapacidad, la discriminación es producto de la interacción entre sujetos distintos a la “normalidad” y su entorno. Esto quiere decir que si bien una persona puede encontrar alguna limitante frente a determinado escenario, una vez eliminado el impedimento, el individuo puede desenvolverse como cualquier otro.

Las modificaciones pensadas para superar las barreras sociales que puede encontrar una persona con discapacidad son conocidas como “ajustes razonables” y son pieza clave para garantizar que estas personas ejerzan plenamente sus derechos. En la práctica esto es fácil de ilustrar: instalar una rampa o un elevador cancela en buena parte los impedimentos de sólo poder acceder a través de una escalera a determinado lugar.

¿Pero qué sucede con las discapacidades sicosociales? La discapacidad sicosocial es aquella que le dificulta al individuo realizar actividades cotidianas como relacionarse con los demás, hablar en público o cumplir con rutinas establecidas. Algunos trastornos asociados a este tipo de discapacidad son la depresión y los trastornos del espectro autista como el síndrome de Asperger.

Muchas veces esta condición puede pasar inadvertida y su diagnóstico puede llegar a complicarse. A diferencia de la discapacidad física, la sicosocial es “invisible” y los ajustes razonables necesarios son más bien estrategias y técnicas que ayudan al individuo a regular su comportamiento y desenvolverse en contextos sociales hostiles. Por ejemplo, un profesor encargado de enseñar a un niño con autismo deberá procurar un ambiente ordenado de aprendizaje, planteará actividades en grupos pequeños, utilizará materiales concretos para ilustrar los temas y acompañará siempre sus instrucciones con gesticulaciones.

Estamos muy lejos de ser una sociedad que incluya cabalmente a las personas con discapacidad, la principal razón de este rechazo es el desconocimiento y la falta de información acerca de la discapacidad, pues refuerza estereotipos negativos sobre el tema. Lo cierto es que la discapacidad es un tema más cercano de lo que pensamos, para dimensionar la situación basta con decir que al menos 7 millones de mexicanos viven con algún tipo de discapacidad, de forma que hablamos de un asunto notable inclusive si sólo tomamos en cuenta los números.

En la mayoría de los casos sólo se define a los individuos con discapacidad a partir de lo que “no puede hacer” en lugar de enfocarse en sus habilidades y capacidades. Esta opinión condescendiente también debe cambiar, ya que la visibilización no basta para lograr incluir totalmente a la vida social y política a las personas con discapacidad. Debemos exigir que los espacios públicos sean físicamente accesibles a todos, pero tambiénhemos de trabajar en crear lugares y grupos donde las personas con discapacidad sicosocial puedan desarrollar sus talentos libremente y obtener herramientas para mejorar la interacción con su entorno.

Armando Hernández Cruz

Excelsior
20/12/2017

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