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Logopedas reclaman visibilidad y un tratamiento sanitario para la tartamudez, que padece hasta un 2% de los adultos

El Colegio Profesional de Logopedas de la Región de Murcia ha reclamado una mayor visibilización de la tartamudez, así como una normalización de este problema que padece entre el 1,5 y el 2 por ciento de la población adulta. Asimismo, exige que la tartamudez no sea ignorada por la pediatría, como sucede hasta ahora, lo que permitiría mejorar en su detección temprana.

De hecho, el "desamparo" es tal que incluso se carecen de datos estadísticos que permitan determinar el número de personas que padecen este problema en la Región de Murcia, según ha hecho saber la presidenta del Colegio Profesional de Logopedas de la Región, Cristina Hernández, con motivo del Día Internacional de la Tartamudez que se conmemora el 22 de octubre.

En declaraciones a Europa Press, Hernández ha señalado que los únicos datos estadísticos son los facilitados por la Fundación Española de la Tartamudez, y son de carácter nacional, por lo que solo se pueden extrapolar a la Región "por aproximación".

Ha señalado que la Logopedia es una profesión sanitaria y la tartamudez debería ser abordada por los profesionales de esta disciplina. En definitiva, debería convertirse en un problema de salud regional, según Hernández, quien ha atribuido la ausencia de datos estadísticos a que no son demandados por el propio personal sanitario, que "no le da la importancia que merece".

Ha explicado que la tartamudez es una dificultad de la fluidez del habla y las personas que la padecen "sufren mucho por el desconocimiento" que existe al respecto. "Los personas que tartamudean hablan de forma diferente y quienes los escuchan pueden llegar a pensar que sufren algún problema e incluso que son menos inteligentes. De hecho, un 80% de las personas con tartamudez no superan las entrevistas de trabajo por prejuicios", lamenta Hernández. En realidad, aclara que estas personas "sólo necesitan comprensión y paciencia, pues lo único que les hace falta es un poco más de tiempo para hablar".

En este sentido, ha alertado que las personas con esta característica sufren muchas malas experiencias cuando son pequeños o están en el colegio, con problemas graves de bullying o acoso escolar. Algunos, incluso, llegan a plantearse el suicidio. "Con un poco de comprensión sería mucho más fácil", según la presidenta de los Logopedas murcianos, quien advierte que "no se le da la importancia que merece a nivel social".

Las personas con tartamudez "llevan una mochila de miedo, inseguridad, culpabilidad, etc." a pesar de que es algo que "está fuera de su control", ya que se trata de una "disfluencia que se produce en su habla, con interrupciones involuntarias".

La tartamudez afecta a más niños que a niñas, en razón de cuatro a uno, y los pacientes mejoran gracias a la logopedia y al trabajo. De hecho, tienen muchas técnicas a su alcance para que el habla sea más fluida, según Hernández, quien asegura que tener un problema en el habla "no impide hacer cualquier cosa". No obstante, puntualiza que la tartamudez es un problema que "les acompaña toda su vida".

Ha desmentido que la tartamudez tenga un origen psicológico, a pesar de que se exteriorice con nerviosismo y ansiedad. En realidad, se trata de un problema de origen neurológico según los últimos estudios, a pesar de que tenga un componente psicológico y emocional derivado de las malas experiencias que han tenido durante su vida e infancia, porque "sufren burlas y se sienten diferentes".

LOS PEDIATRAS SUELEN IGNORAR EL PROBLEMA

Si reciben desde el principio una atención sanitaria, las personas con tartamudez "no tendrían esa mochila de culpabilidad e inseguridad", según Hernández. A este respecto, ha llamado la atención sobre la responsabilidad que tienen los pediatras en la detección temprana de la tartamudez, que es un problema que suele comenzar entre los dos y los cinco años, cuando los niños empiezan y desarrollan su habla.

"Cuando empiezan a hablar, pueden aparecer disfluencias, algunas de las cuales pueden ser evolutivas y ser normales en su desarrollo del lenguaje, pero otras pueden no ser normales", según la presidenta de los Logopedas murcianos, quien apuesta por "intervenir cuanto antes". El problema añade, es que los pediatras "suelen decir a los padres que no pasa nada y que es un problema que se pasará".

"Este tipo de conducta no ayuda nada", tal y como lamenta la presidenta del Colegio, quien considera que la detección precoz es "lo más importante". Ha reconocido que, de los 20 niños que pueden tener disfluencias, al final, solo uno de ellos tiene tartamudez persistente, pero aboga por concienciar a los pediatras y a los padres, porque el diagnóstico diferencial es "muy importante".

Durante el tiempo que no se detecta la tartamudez, el niño y su familia "van a estar sufriendo" y, de hecho, muchos niños dejan de hablar y acaban con conductas secundarias, guiñando los ojos, haciendo fuerza con la boca o con el puño. Muchos, para intentar sacar las palabras, "pegan incluso patadas", afirma.

AUSENCIA DE LOGOPEDAS EN LA ADMINISTRACIÓN

A este respecto, fuentes del Gobierno regional consultadas por Europa Press aseguran que este trastorno del lenguaje es tratado en el ámbito educativo y diagnosticado por el colegio en la mayoría de los casos. "Si se detecta en la Consulta de Pediatría, se deriva a Atención Temprana o al Equipo de Orientación Psicopedagógica del Colegio para valoración, diagnóstico diferencial entre disfluencia evolutivas o disfemia (tartamudez) infantil y tratamiento", afirma la Consejería de Salud.

Sin embargo, Hernández ha criticado que la Sanidad murciana cuenta con dos logopedas para toda la Región, una de ellas por la mañana y otra en el turno de tarde en el Hospital Virgen de la Arrixaca. "Y ni siquiera se les derivan problemas de tartamudez", según Hernández, quien señala que estos dos profesionales "no pueden abarcar todas las patologías de la logopedia".

Asimismo, ha reprochado que en los colegios y centros escolares no hay logopedas, sino maestros de audición y lenguaje que "no son profesionales sanitarios", por lo que "tienen que hacer labores de apoyo educativo pero no terapias". De hecho, ni siquiera cuentan con estos profesionales los colegios de educación especial, donde la logopedia es "imprescindible".

En definitiva, lamenta que la administración pública no cuenta con profesionales que puedan ayudar a estas personas, por lo que ha reclamado que se incluyan más logopedas en la Sanidad y en la Educación como personal no docente, al igual que sucede con fisioterapeutas o enfermeros.

FORMACIÓN ESPECÍFICA EN TARTAMUDEZ

El Colegio de Logopedas cuenta con 600 profesionales en activo colegiados en la Región de Murcia, pero Hernández puntualiza que no todos ellos tiene la formación necesaria para tratar a personas con tartamudez. A nivel terapéutico, explica que "se suelen usar herramientas que están obsoletas". Así que el Colegio Profesional dedica muchos recursos a la formación continua.

Por eso, recomienda a los padres que acudan a profesionales que se aseguren de que esa persona "tiene la cualificación para trabajar la tartamudez". Y es que, en el pasado, había técnicas que trabajaban con la respiración o con praxia, actividades que "no tienen evidencia científica respecto a su eficacia".

Actualmente, existen otras medidas como técnicas de habla, de habla fluida e inicios lentos, todo ello "muy personalizado", porque cada paciente con tartamudez es diferente.

EuropaPress
1/11/2018

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