Busca:   en:
Inicio > Revista > Actualidad

Células nerviosas sin conexión entre sí, causa del autismo

Científicos del Instituto Max Planck decodificaron los detalles moleculares de un defecto genético que interrumpe la transmisión de señales en el cerebro y provoca autismo.

Usando un modelo animal, investigadores del cerebro con sede en Göttingen examinaron los efectos de las mutaciones que ocasionan autismo en los humanos. Se trata de mutaciones en los genes que portan las instrucciones de construcción para las proteínas de la familia neuroligina. El estudio publicado en el diario científico Neuron (21 de septiembre de 2006), mostró que los neuroliginos aseguran que la transmisión de señales entre las células nerviosas funcione. En el cerebro de ratones genéticamente alterados con ausencia de neuroliginos, los puntos de contacto en los que las células nerviosas se comunican, las sinapsis, no maduran. Los investigadores asumieron que los pacientes autistas experimentan disfunciones similares.

El autismo es uno de los padecimientos siquiátricos más comunes. Cerca de 0.5% de todos los niños pequeños tiene un síndrome que pertenece al "espectro autista". Los principales síntomas de esa disfunción del desarrollo son retraso en el lenguaje o nulo desarrollo de éste, comportamiento social perturbado y patrones repetitivos. En muchos pacientes, el padecimiento va acompañado de incapacidad mental.

Los individuos autistas que muestran un alto grado de inteligencia o capacidades extraordinarias en un área en particular, llamados "sabios", como el personaje principal de la película Rain Man, son raros. Incluso hasta la mitad del siglo pasado, un comportamiento emocional excepcionalmente frío por parte de la madre era considerado la causa del autismo.

Sin embargo, la teoría de la "madre refrigerador" actualmente fue refutada. La creencia popular en la década de los 90 de que las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola podían causar autismo en los niños pequeños, no tiene ningún fundamento científico.

Actualmente, es evidente que los factores genéticos son la causa principal de la enfermedad. Estudios en gemelos idénticos han resultado particularmente convincentes en la comprobación de este hecho -las probabilidades de que el gemelo idéntico de una persona autista presente también autismo son de 80% a 95%.

En 2003, el genetista francés Thomas Bourgeron demostró en una investigación sobre familias con varios hijos autistas que las mutaciones en los genes NLGN3 y NLGN4X habían generado una completa pérdida de la función de los genes y provocaban autismo en pacientes afectados. El trabajo de Bourgeron desató grandes efectos en institutos neurocientíficos de todo el mundo, debido a que los genes NLGN no eran desconocidos. Éstos son responsables de la creación de dos proteínas, neuroligina-3 y neuroligina-4, que se considera juegan un papel importante en la estructura de los contactos entre las células nerviosas.

Las células nerviosas se comunican entre ellas en puntos de contacto especializados, las sinapsis. Cuando son estimuladas, una célula nerviosa emite neurotransmisores. Estas moléculas señaladoras llegan a la célula receptora y afectan la actividad de los receptores -siempre y cuando la célula receptora tenga "antenas" en sus sinapsis- que ligan a las señales químicas. Los científicos especularon que este proceso puede ser interrumpido si las células nerviosas no tienen neuroliginos.

Cuando se dio a conocer el descubrimiento de Bourgeron, Nils Brose y Frederique Varoqueaux, investigadores del cerebro en el Instituto Max Planck para Medicina Experimental en Göttingen, en colaboración con sus colegas Weiqi Zhang del Hospital Universitario y el genetista estadounidense Thomas Südhof, ya habían estado trabajando en los neuroliginos durante 10 años sólo que en ratones, no en humanos.

"Incluso creamos ratones mutantes que, en términos funcionales, portaban las mismas mutaciones que se presentan en pacientes autistas. Nuestros ratones tampoco contaban con los neuroliginos -3 y -4", señaló Brose. Los científicos poseían el primer modelo genético animal del autismo.

Un estudio dado a conocer por Brose, Varoqueaux y Zhang en la publicación especializada Neuron, mostró que dicho modelo exhibía disfunción en la transmisión de señales entre las células nerviosas. Con su colega Varoqueaux, Brose creó una línea de ratones que no sólo no tenían los neuroliginos -1 y -2, ambos asociados con el autismo, sino que no contaban con las cuatro variantes conocidas de la proteína simultáneamente.

Las consecuencias son, por consiguiente, más drásticas que con los pacientes autistas, quienes únicamente tienen un gen neuroligino mutado.

Sin ningún neuroligino, la función del sistema nervioso colapsa completamente y los animales mutantes mueren de inmediato después de nacer. Sin embargo, sus células nerviosas pueden ser examinadas a detalle.

De acuerdo con Brose "ofrecen resultados más importantes no sólo para la investigación cerebral, sino también para las posibles causas del autismo. Nuestras investigaciones muestran que los neuroliginos regulan la maduración de las sinapsis. Aseguran que haya suficientes proteínas receptoras en la membrana sináptica de la célula receptora".

El Universal
22/10/2006

Gastos de envío
G R A T I S
Envíos España península para pedidos superiores a 59,90 euros (más iva) (condiciones)

Síguenos en: Síguenos en Twiter | Síguenos en Facebook | Instagram | pinterest

Enlaces rápidos a temas de interés

BOLETÍN

RSS | XHTML | CSS
Mapa Web | Registro | Contacta
© Majo Producciones 2001-2024 - Prohibida la reproducción parcial o total de la información mostrada