Nadie nunca se espera que alguna “discapacidad” llegue a su vida, hasta que sucede. Justamente esta situación es lo que hace que se vuelva mucho más difícil aceptarla. El significado que le des a esta palabra determinará tu futuro. Existe mucha literatura al respecto, sin embargo, uno por lo general se queda con lo que más se escucha o se transmite socialmente. Desde mi perspectiva, esta es la causa que genera que una persona en esta condición se sienta avergonzada, en desventaja, con la posibilidad de ser señalada; tal vez, torpe, imposibilitada, etc.
Vamos por la vida, dando por sentado todo, pensamos que cada día nuestros ojos se abrirán como de costumbre al despertar, que tendremos por siempre el techo que nos cobija, a las personas que nos aman a nuestro alrededor, nuestro cuerpo funcionando como siempre lo hace.
Nadie nunca se espera que alguna “discapacidad” llegue a su vida, hasta que sucede. Justamente esta situación es lo que hace que se vuelva mucho más difícil aceptarla.
Hace muchos años inicié con la pérdida auditiva, empecé con el uso de auxiliares sin ningún problema, nunca me dio vergüenza utilizarlo, que las personas lo vieran, ni nada por el estilo. Sin embargo, me he dado cuenta de que no para todxs es igual.
Mi vida era muy productiva en ese entonces, por lo cual, no tenía tiempo para ir a las revisiones anuales con el especialista. Hasta que un día mi aparato se rompió, entonces tuve que acudir con él. Después de los estudios pertinentes, fue una gran sorpresa saber que había perdido el 80% de mi audición. Actualmente soy una persona completamente sorda.
De todo ese impactante proceso, me gustaría compartirles algunos de los aprendizajes obtenidos:
1.- LA NEGACIÓN
Con base a la experiencia y la de muchas personas que se acercan a mi cuando se enteran de que no escucho, la parte más difícil es la negación.
Como la discapacidad auditiva no es visible, se vuelve difícil de percibir incluso para quienes la tenemos, sobre todo en sus inicios. Muy al principio, se suele suponer que los demás no hablan fuerte, que no escuchaste porque no estabas prestando la atención debida, que los demás son dispersos a la hora que hablan contigo, etc.
Incluso puede suceder que inconscientemente empieces a aislarte, sobre todo cuando de pronto descubres que emites comentarios absurdos, lo cual percibes gracias a las miradas de desconcierto de los demás después de tu participación, indicándote que posiblemente no escuchaste las palabras correctas.
Si cada vez te va quedando más claro que tienes dificultades para escuchar, después de haberte resistido tanto, seguro, como en muchos casos, tratarás de que nadie se de cuenta. Sin saber que lo único que estás haciendo es prolongar tu agonía.
2.- LOS PREJUICIOS
En el proceso, a fin de cuentas, tendrás que enfrentarte, ya sea de manera oculta o abiertamente, a una palabra que genera mucha controversia “DISCAPACIDAD”.
El significado que le des a esta palabra determinará tu futuro. Existe mucha literatura al respecto, sin embargo, uno por lo general se queda con lo que más se escucha o se transmite socialmente.
Desde mi perspectiva, esta es la causa que genera que una persona en esta condición se sienta avergonzada, en desventaja, con la posibilidad de ser señalada; tal vez, torpe, imposibilitada, etc.
Al menos yo sentí, que se me acababa el mundo, en ese tiempo me dedicaba a dar clases, era la coordinadora del área de Orientación Juvenil en la escuela que trabajaba, además de dar consulta psicológica privada. ¿Te imaginas?
Sentía que era la mujer más vulnerable del mundo, todas las emociones confluían en mi cuerpo, mi mente y mi corazón. Sin embargo, un día me dije, “Martha Edna, vas a estar sorda, no muerta”, fue ahí donde me di cuenta de que tenía que prepararme para esta nueva situación.
Afrontar los prejuicios personales, no es tarea fácil, porque a veces ni siquiera sabes que los tienes, hasta que se presenta la ocasión. Esa es la puerta para darte cuenta de que necesitas romper paradigmas y trabajar para recuperar tu autonomía, independientemente de cual sea tu condición de vida.
3.- LAS BARRERAS SOCIALES
Después de todo el trago amargo de vivir el duelo, aceptar, luchar contra los propios prejuicios, te enfrentas a una situación mucho más discapacitante, las barreras sociales.
Lo primero que pensé es que mis amigxs terminarían por abandonarme por no oír, que sólo podría convivir con personas sordas, aún cuando no conociera a ninguna (nada de esto sucedió, afortunadamente). Así que mi primera tarea fue buscar clases de Lengua de Señas Mexicana, en esos espacios tuve mi primer contacto con personas sordas de nacimiento y descubrí que podían hacer su vida, prácticamente como cualquier otra, puesto que habían aprendido a desarrollar estrategias para lograrlo.
Sin embargo, al conocer un poco más sobre la cultura sorda, igual me di cuenta de que la verdadera problemática, no es el no escuchar, sino todas las trabas que existen, para que una persona en esta condición tenga la posibilidad de ser autónoma en todos los sentidos.
Empezando por lo básico, la educación, salud, trabajo, recreación, es muy limitado para esta comunidad. Al ir al médico, aun cuando les comentaba a las enfermeras o secretarias, incluso al mismo otorrino, que era una persona sorda, no buscaban tener contacto visual conmigo, no subían el tono de voz (cuando aún escuchaba un poco), ni buscaban la forma de comunicarse.
Del mismo modo, si tienes problema con algún servicio, casi en todos, debes llamar por teléfono, quienes tienen la posibilidad de hacerlo por mensaje, están limitados a dar información.
Ejemplo super claro durante la pandemia, aún cuando de alguna forma se desarrolla de manera natural la lectura de labios cuando pierdes audición, con el uso del cubrebocas era imposible, haciendo mucho más vulnerable a la población sorda.
Muchas cadenas televisivas se regodean al poner los recuadros de intérpretes en sus programas, sin embargo, son tan pequeños, que no se pueden apreciar; por la complejidad de la lengua de señas, es necesario que la persona tenga la posibilidad de percibir con claridad, la configuración de las manos, el lugar donde se seña, los movimientos que acompañan todo esto. No siempre lxs intérpretes, tienen conocimiento profundo en la LSM, ni en los temas específicos que pretenden interpretar, lo que hace deficiente su participación. Entonces sin estas características, no cumplen con el propósito que creen.
Y así puedo enumerar muchas cosas más. Afortunadamente, cada vez son más los adelantos tecnológicos que facilitan la vida de quienes estamos en esta condición, como son las videollamadas, el subtitulado, el whatsapp, las aplicaciones que transcriben lo que se habla.
Así que es conveniente que nos volvamos más sensibles a las necesidades de las personas con condiciones de vida distintas a las de la mayoría.
Gracias a todos estos adelantos, nuevamente he vuelto a dar consulta, talleres, cursos en línea, brindándome la oportunidad de ir recuperando paso a paso mi autonomía.
Me siento totalmente convencida, de que cuanto más hablemos del tema, cada uno, desde su lugar de trabajo, podrá aportar su granito de arena, para poder construir un mundo mejor para todas y todos.
Se que hace falta establecer las políticas pertinentes para lograr mayor inclusión, sin embargo, a veces son las últimas en llegar.
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