La misofonía es una alteración neurológica que se presenta como una alta sensibilidad a un sonido concreto. La misofonía es un trastorno poco comprendido y aún no se determina su causa exacta.
La misofonía es una alteración neurológica que se presenta como una alta sensibilidad a un sonido concreto. Se cree que el problema se encuentra en el sistema nervioso central y no en los oídos.
Nuestro oído está conectado con el sistema límbico, el de las emociones, por lo que la reacción emocional a un sonido es algo natural; muchas veces la reacción emocional es agradable, por ejemplo, nos alegramos al escuchar una música que nos recuerda algo bueno; sin embargo, en el caso de la misofonía es todo lo contrario, es decir, la persona tiene una mala tolerancia a algunos sonidos concretos que no dependen del volumen de los mismos ni de las características del sonido, lo que desencadena ansiedad principalmente, aunque también pueden desencadenar reacciones emocionales exageradas de ira o pánico.
Algunos de los sonidos referidos por los pacientes como misofónicos son el llanto de los bebés, ronquidos, ruidos producidos por animales o sonidos del ambiente.
¿Qué puede sentir una persona con misofonía?
La misofonía varía en severidad de un individuo a otro. La comprensión y el apoyo de los familiares y amigos son cruciales para ayudar a la persona a manejar sus síntomas.
La misofonía es un trastorno poco comprendido y aún no se determina su causa exacta. Se piensa que puede haber varias causas y factores contribuyentes, Existen varias teorías que sugieren posibles factores, aunque falta más investigación:
No existe un enfoque único que ayude a tratar la misofonía. Algunos especialistas utilizan terapia de sonido, terapia cognitivo conductual, técnicas de manejo del estrés, desensibilización, terapia ocupacional e incluso medicación. Es importante explicar a los demás lo que le ocurre a la persona con misofonía con la finalidad de que se puedan evitar los sonidos que le molestan en la medida que sea posible.