Iliana Fernández Fernández, Profesora del Centro de Estudios de Ciencias de la Educación de la Universidad de Camagüey, Cuba y Doctora en Ciencias Pedagógicas, reconoció que a pesar de que está comprobado que este proceso forma hombres más capaces, si se desarrolla en las primeras etapas del niño, su aplicación depende del contenido social y la capacidad económica de un país.

“Uno de los principales problemas para llevar a cabo la estimulación temprana, está relacionado con el contenido social y con las proyecciones que en el orden económico cada país puede establecer, que cada lugar pueda concebir y está estrechamente relacionado con todos los procesos sociales que hoy se vienen llevando a cabo y que deben de ser prioridad de cada uno de los directivos”, aseveró.

Dijo que en Camagüey se aplica desde las primeras edades en el contexto comunitario, en las áreas institucionalizadas y no institucionalizadas, las primeras se dan en el contexto familiar comunitario y las otras en cada uno de los círculos infantiles que están en todo el país.

“Es por ello que la estimulación temprana está dedicada al desarrollo integral del niño, para lograr el máximo aprovechamiento de todas sus potencialidades y una incorporación correcta al proceso de enseñanza básica”, puntualizó.

Recomendó que a futuro, este proceso deberá estar centrado en lograr el máximo desarrollo de los niños, sin tomar en cuenta su procedencia, su origen social, es decir que exista la capacidad de buscar o de llegar a un proceso donde realmente se logre la educación para todos, pues en un principio estaba condicionado a lugares infantiles particulares y gradualmente ha obtenido una connotación más social.

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9/05/2008