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Dificultades en el aprendizaje.

En el proceso de aprendizaje para niñas y niños no siempre las cosas irán por un camino fácil, puesto que interviene un número de factores cuyo fluir va a determinar el rendimiento de quien aprende.

En ocasiones, existirán circunstancias que pueden dificultarlo, y depende de los padres y educadores el detectarlo a tiempo para que el niño o niña pueda superarlo.

Las estadísticas señalan que uno de cada 10 niños en edad son afectados por estas dificultades. Eso sí, como advierte la educadora María Berrido, la última palabra en cuanto a un diagnóstico, siempre debe tenerla un psiquiatra o neurólogo.

La psicóloga Claudia Abreu sostiene que hay seis aspectos para caracterizar los problemas de aprendizaje.

Estos son lectura en los aspectos visual, auditivo verbal; escritura, matemáticas y lo social emocional.

Un dato a tomar en cuenta es el hecho de que estos problemas suelen ser detectados en los niños a partir de los 5 años.

“Uno empieza a ver rasgos grosso modo”, agrega Berrido, cuestión de que ya más adelante, entre los 7 y 8 se pueden diagnosticar un poco más profundamente.



LAS MÁS COMUNES: ADD Y DISLEXIA

Las dificultades más comunes son el trastorno de déficit de atención por hiperactividad (ADD) y las dificultades en el proceso de lecto-escritura, como dislexia y disgrafía, aunque la primera suele ser la principal. El ADD, explica Abreu, se caracteriza por tres síntomas básicos: la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad.

La dislexia es la dificultad del aprendizaje en el área de lecto-escritura. Los padres pueden darse cuenta si un niño tiene dislexia observando si tiene una lectura lenta, trabajosa y cargada de errores.

Atentos a los indicios de trastorno Para la educadora María Berrido, las dificultades en este proceso de aprendizaje constituyen “una gran preocupación” para los padres y educadores, puesto que esos problemas influyen en las relaciones interpersonales y conductuales de los niños tanto entre sí como hacia sus padres y profesores.

¿Ejemplos? La educadora cita entre los aspectos conductuales que estos niños o niñas se vuelven necios e impulsivos. “Les pueden dar golpes a otros niños y ellos entonces no van a querer jugar con estos”.

Para la psicóloga Claudia Abreu, las dificultades en el proceso de enseñanzaaprendizaje son alteraciones o retrasos en el desarrollo de uno o más procesos del lenguaje, producidos por una disfunción cerebral, y no por un retraso mental o factores culturales.

Estas, agrega, pueden originarse como consecuencia de aspectos relacionados con el propio niño o niña y su entorno, como un ambiente familiar tenso, la ausencia de amigos y otros.

María Berrido explica que un niño con problemas de aprendizaje suele tener un nivel “normal” de inteligencia, igual que agudeza visual y auditiva. La única diferencia, dice, es que aprenden de un modo diferente y su dificultad está en captar, procesar y dominar las tareas convencionales.

De ahí que a este tipo de niños se les haga difícil seguir las reglas y concentrarse, entre otras acciones del proceso de aprendizaje.

María Berrido hace la salvedad de que este tipo de problemas tiene que ser diagnosticado por un psiquiatra o un neurólogo, y en tal sentido los educadores tienen que estar alerta ante la presencia de cualquier problema y posteriormente referir.

Dentro de esa misma línea, advierte que algunos profesores “etiquetan” a un niño sin saber, y es que cuando están en la escuela, estos niños necesitan una adaptación curricular especial, “porque aprenden de manera diferente”.

“Los niños con problema de aprendizaje necesitan una adaptación especial”, sostiene la educadora. No van a aprender de un modo como los otros, sino más bien a partir de mucho movimiento y actividades. “Ellos se aburren muy fácil, y para ellos es muy difícil que les estés dando hojas y hojas sin buscarle la vuelta”.

En esa línea, tener actividades extras a mano siempre ayudará para cuando el niño o niña con estas condiciones se encuentra en un estado de aburrimiento por haber terminado rápido las tareas del curso, por ejemplo.

La educadora señala que la mayoría de los niños con el trastorno de déficit de atención o ADD presentan dificultad para entender y seguir tareas.

“Esto a nivel general”. Igualmente presentan dificultad para recordar lo que alguien les acaba de decir, a nivel general no dominan las destrezas básicas de lectura y escritura. como también problemas de lateralidad (derecha izquierda) y manifiestan una irritación o excitación con facilidad.

Por otro lado, los disléxicos tienen uniones o separaciones incorrectas de la palabra, tienen deficiencias en la ortografia.

Algo adicional, indica, la dislexia no se manifiesta de la misma manera ni con la misma intensidad en cada niño.

Por tanto, la recuperación estará determinada por las características de cada uno y por el medio familiar y escolar al que pertenezcan.

Lo más importante, puntualiza, es detectarla a tiempo en edad temprana, antes de que el niño viva la experiencia del fracaso. Los rasgos, dice se empiezan a ver desde el proceso de alfabetización, cuando se están enseñando las letras.

Berrido advierte que un niño con dislexia es capaz de aprender a leer, pero lo hará de una forma diferente y con un método distinto, en donde se le enseñen las diferentes habilidades que le ayuden a comprender y memorizar los textos leídos y el uso de estrategias innovadoras que promuevan a que supere esta condición. “Es importante buscar la terapia que el niño necesite”.

Berrido aconseja que, si bien es bueno que los padres estén al tanto de la situación de su hijo, también es necesario que sepan que detectarlo a tiempo va a ser la mejoría “y es muy importante no generar estrés alrededor del niño respecto al tema”.

Esto así porque un mal manejo hará incluso que el niño piense que está enfermo y no haga nada para solucionar “porque está enfermo”.

Con los niños ADD es importante tener límites muy marcados. “Que los sí sean sí y que los no sean no”. También las rutinas, porque estas garantizarán el éxito de un niño con este trastorno.



LOS PADRES NO DEBEN DESCUIDAR LOS REPETIDOS FRACASOS

La psicóloga Claudia Abreu plantea que todo lo que sucede internamente en el niño o niña es importante en su proceso de aprendizaje, tanto en los factores externos como en los referidos a sí mismo.

En tal sentido, dice, los padres “no deben descuidar” cómo se sienten esos pequeños “ante sus frecuentes y repetitivos fracasos”.

Por eso, recuerda, es igual de importante como ayudarles a superar las difucultades en sí mismas, trabajar en su autoestima y su sensación interna de valía.

Por esa misma línea de acción van también los padres. Abreu señala que en ocasiones la familia no suele tolerar la existencia de dificultades de aprendizaje en su hijo, generando un sentimiento de preocupación que deviene en una ansiedad. Igualmente, dice, son comunes los sentimientos de culpa, razón por la cual entra en acción el psicopedagogo para orientar a la familia, “desculpabilizándola” y explicándoles la naturaleza y el pronóstico, así como el tratamiento para su caso.

Desde la familia, continua Abreu, debe fomentar una actitud positiva y relajada, felicitándole por cada pequeño avance, sin esperar cambios importantes para darle el estímulo positivo.

Esto ayuda a mejorar la autoestima. También, aconseja, debe mantenerse una actitud “cordial y afectuosa” con este, evitando que siempre sea el tema continuo de conversación familiar. “Un hijo no se valora exclusivamente por sus notas escolares”. Del mismo modo, crear hábitos positivos que favorezcan en el medio familiar el gusto por el conocimiento.





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11/02/2011

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