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Epilepsia, un mal mayor.

Debido al aumento de la esperanza de vida y a las lesiones cerebrovasculares, los mayores de sesenta y cinco años constituyen el grupo de pacientes que padece epilepsia con más frecuencia.

La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se caracteriza por ataques recurrentes. Tales crisis son “la manifestación física de descargas eléctricas excesivas, súbitas y a menudo breves, de grupos de células cerebrales”, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según la zona del cerebro en la que se produzcan estas descargas, los síntomas de las crisis epilépticas varían. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento. También pueden darse trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular de la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental, señala la OMS.

“La gravedad de los síntomas puede variar enormemente, desde simples episodios de ausencias hasta pérdida del conocimiento y convulsiones violentas”, apunta el sitio web “medlineplus”.

“Las convulsiones son raras en pacientes mayores. Ese tipo de crisis suelen darse en la infancia o en los adultos de edad intermedia pero no son comunes en la tercera edad”, agrega José Ángel Mauri Llerda, coordinador del grupo de estudio de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología.

En personas mayores de sesenta y cinco años, “lo más habitual es lo que se conoce como crisis parciales complejas”, afirma este experto.

Durante la crisis, el paciente se queda “desconcertado, pierde la noción del tiempo, no reacciona y no contacta con el entorno. Sin embargo, al cabo de uno o dos minutos, recupera la consciencia y vuelve a la normalidad”, explica el neurólogo. Tras este episodio, “el anciano tiene una amnesia, es decir, no se acuerda de nada de lo que le ha pasado durante este episodio”, apunta.

El doctor Mauri recomienda a los cuidadores de personas mayores con epilepsia que “vigilen al paciente pues a veces las crisis son leves y pasan desapercibidas”. Los enfermos de epilepsia deben tener un sueño regular, no beber alcohol y tomar la medicación a las horas indicadas sin olvidar las tomas, afirma.

Asimismo, quienes se ocupen de personas mayores afectadas por la epilepsia, “tienen que conocer las manifestaciones clínicas de las crisis, que son peculiares en el anciano”, asegura el médico.



LESIONES CEREBROVASCULARES



Son, precisamente, los ancianos, quienes padecen epilepsia con más frecuencia, señala el doctor Mauri. "Esto se debe al incremento de la esperanza de vida y a las lesiones cerebrovasculares", indica el neurólogo.

"Las crisis epilépticas pueden desarrollarse como secuela de distintas lesiones de la circulación cerebral, tales como infartos o hemorragias cerebrales", sostiene.

La frecuencia de estos episodios en el anciano depende de cada paciente y de la causa que provoque la crisis, apunta Mauri quien agrega que “no es lo mismo tener crisis por una hemorragia, por un infarto cerebral o por otras causas como los tumores”.

De hecho, “las crisis debidas a un tumor son más frecuentes que aquellas originadas por un infarto cerebral”, afirma. Según datos de la OMS, el tratamiento con fármacos antiepilépticos puede controlar los ataques hasta en un 70 por ciento de los adultos y los niños recién diagnosticados.

Sin embargo, hay algunos aspectos "como la tolerabilidad y la polimedicación que resultan fundamentales a la hora de prescribir medicamentos para tratar la epilepsia a los ancianos", puntualiza el doctor Mauri.

"Estos pacientes suelen tomar distintos medicamentos porque, además de la epilepsia, padecen otras enfermedades. Por ello, hay que elegir fármacos que no alteren los efectos de otros tratamientos", señala.

El galeno afirma que las personas mayores tienen un riesgo más alto de sufrir los posibles efectos secundarios de los medicamentos y remacha: “hay que elegir medicamentos que sean bien tolerados y que no interaccionen con otros fármacos”.

En este sentido, el especialista apuesta por los fármacos antiepilépticos nuevos, o de segunda generación, como herramienta para tratar de evitar las crisis epilépticas en las personas mayores.



DESTACADOS:



* Los cuidadores de personas mayores con epilepsia deben vigilar al paciente pues “a veces las crisis son leves y pasan desapercibidas”, señala José Ángel Mauri Llerda, coordinador del grupo de estudio de epilepsia de la Sociedad Española de Neurología.

* Tras la crisis, “el anciano tiene una amnesia, es decir, no se acuerda de nada de lo que le ha pasado durante este episodio”, apunta el especialista.

* Según datos de la OMS, el tratamiento con fármacos antiepilépticos puede controlar los ataques hasta en un 70 por ciento de los adultos y los niños recién diagnosticados.





http://www.vanguardia.com.mx
9/08/2011

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