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Las personas con síndrome de Down y el “derecho de admisión”

Ayer nos despertamos con una noticia que ha indignado a la mayoría de la sociedad: “el hotel CaboGata Plaza de Almería no admite a un grupo de personas con discapacidad psíquica porque este tipo de personas podrían molestar al resto de los clientes del hotel", respondió el establecimiento, según explica DOWN España”.



Y desde el primer instante las redes sociales estaban que ardían, indignadas con la noticia, aunque como siempre había alguna excepción.



Esta postura excepcional, pero inconcebible hoy, la adoptan todavía quienes creen que el hotel tiene todo su derecho a protegerse de estas personas amparándose en el “derecho de reserva de admisión” del que goza todo establecimiento, negocio o grupo de interés.



Si el derecho de admisión está por encima de la Constitución, del sentido común, de las mínimas normas de educación y de humanidad, mal negocio realizaron los responsables del citado hotel con su torpe proceder. Si prima el negocio (derecho de admisión) y la ley lo amparase, cosa que dudo, sería muy legal, pero nada ético y poco estético. Pero diría más: seguro que al final los gestores del hotel han hecho un mal negocio al adoptar esta decisión, a todas luces, poco defendible.



Lo que está fuera de toda duda es que esta conducta constituye un caso claro de discriminación hacia personas con discapacidad y que vulneran la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad ratificada por España, que prohíbe "toda discriminación por motivos de discapacidad".



Es verdad que la cadena hotelera ya se ha manifestado diciendo que todo se debió a un “malentendido”. Como casi siempre, esta es la excusa comodín que utilizamos los humanos cuando actuamos mal y no lo reconocemos a tiempo.



Por eso, yo les propongo a los responsables del hotel que si de verdad se trató de un “mal entendido” lo corrijan a tiempo: llamen a ese grupo de personas afectadas con Down e invítenles ya a ocupar su cama durante un fin de semana y de forma totalmente gratuita. Entonces, y solo entonces, todos creeremos que se trataba solo de un error de comunicación y no de un horror conceptual, humano, ético y estético.



Y ahora hagamos unas consideraciones al hilo de la noticia y de las personas con discapacidad (síndrome de Down y otras discapacidades):



a) La sociedad, el estado, el gobierno y muchos colectivos ya se ha reservado el derecho de admisión a la vida de estas personas aprobando, manteniendo, fomentando una ley del aborto que impide que personas con Down puedan nacer, una vez que han sido fecundadas. Luego no nos alarmemos tanto y nos rasguemos las vestiduras cuando un hotel hace uso del “derecho de admisión” de estas personas. Otros lo hicieron antes.



b) Una vez nacidas, las personas Down deben gozar de todos los derechos como los demás: de una educación a su nivel, de poder ejercer su libertad según su nivel; de poder ir a un hotel y viajar en ave o en avión como los demás, y según su nivel; de poder comulgar y hacer su primera comunión y participar en la Eucaristía dominical con los demás, siempre que estén mínimamente informadas y preparadas a su nivel. Algunos sacerdotes, por desgracia, también se han reservado, el derecho de “admisión” de estas personas a su fe y a su Dios. Y, sin embargo, estas personas "diferentes", pero estupendas, todo lo hacen sin molestar menos, lo mismo o más que los demás.



c) Que alguien tenga que estar a su lado, apoyándolas, orientándolas, pues, como todos los demás que, en ocasiones también necesitamos que alguien nos ayude, nos oriente, nos enseñe en ciertos temas que nos desbordan o no entendemos por muchos y diversos motivos y que podríamos enumerar hasta el infinito.



d) Porque todos somos discapacitados, todos somos deficientes, todos somos diferentes, todos somos distintos y distantes (tan distantes de los otros como lo ha sido en este caso el hotel con estas personas diferentes, pero maravillosas).



e) Ni siquiera todos los discapacitados son iguales en cuanto a sus limitaciones, su afectividad, sus necesidad de cariño o su nivel de servicialidad; pero en, general, lo son mucho y bien. Lo mismo que entre los “normales”, hay de todo, porque algunos también somos “insoportables” aunque no nos pongan veto en los hoteles.



Y yo creía que casos como éste del hotel de Almería ya mis ojos no lo verían. ¡Ver para creer y creer para ver!



Recuerdo hace ya casi cuarenta años cuando, desde varios de nuestros centros de San Juan de Dios, llevábamos de excursión a hoteles y en avión a los enfermos con problemas de salud mental y con discapacidad.



Y no pasaba nada. Lo más que podía pasar cuando salíamos a pasear por el paseo marítimo, era lo normal: que algunos de ellos se quedaban fijos mirando el torso y el moreno de los pechos de las mujeres que tumbadas en la arena tomaban a placer el aire y el sol. Y para ellos eso ya era un placer suficiente para poder volver y ejercer su derecho a ser casi como los demás: poder veranear.



Y todo al final se resumía en pasear cada día, agarrados de la mano o sueltos para poder mirar, comer y, sobre todo, compartir habitación en el hotel.



Por eso, por favor, que los hoteles, terrazas, pub, restaurantes, cines, no se reserven más el derecho de admisión para estas personas que son totalmente inofensivas, que dan color y calor a nuestro mundo. ¿Que con ellas hay que tener especial paciencia y sensibilidad? ¡Es verdad! Pero ¿con quién no hay que hacerlo también de entre nosotros, los mortales, que nos creemos y llamamos normales?



Y en medio de la tormenta, una buena noticia: El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, ha anunciado que «en unas semanas» una mujer con síndrome de Down se incorporará como edil del Ayuntamiento de Valladolid.



De la Riva lo ha asegurado tras recibir en representación de Valladolid el premio Reina Sofía de Accesibilidad de Municipios españoles en el palacio de La Zarzuela, quien manifestó “que siendo muy importantes las barreras arquitectónicas y físicas, lo que más me preocupa es poder derribar las barreras mentales”. De eso se trata.



Enhorabuena, Ángela Bachiller, los pucelanos te recibiremos con aprecio desde el primer momento para que nos representes con dignidad y a tu manera en Valladolid como concejal.



Ángela, que iba en el puesto número 18 de la lista electoral de las últimas elecciones sustituirá a un concejal a punto de dejar su acta, y será «la primera persona con síndrome de Down que acceda a un equipo de gobierno de un municipio español.



Ella trabaja como auxiliar administrativa, desde hace años en el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Valladolid, donde "cumple perfectamente con su trabajo" y se encuentra "muy integrada" con el resto del personal, tal y como argumentó para que fuera incluida en la lista electoral una de sus principales valedoras, la actual concejal de Bienestar Social y Familia.



La noticia nos fue comunicada el día 16 de abril por el primer edil a los participantes en un encuentro sobre discapacidad y mundo laboral dentro del “Proyecto Europeo Leonardo da Vincci”.



En dicha recepción se encontraba un grupo de unas 30 personas con discapacidad intelectual (entre ellos, varias con síndrome de Down), procedentes de varios centros de San Juan de Dios de diferentes países europeos.



Por cierto, nuestros invitados no tuvieron problema con el hotel en la ciudad del Pisuerga. Gracias al Ayuntamiento, a su alcalde, al personal de hostelería y de transporte, a los guías turísticos y al pueblo en general. Ellos se sintieron como uno más

http://www.periodistadigital.com
23/07/2013

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