La comprensión es un predictor consistente del desarrollo posterior de lenguaje, este hecho merece especial atención en la evaluación de los niños en el periodo de la emergencia del lenguaje (18-24 meses de edad).
Otro elemento importante consiste en no dar señales o pistas no lingüísticas al niño, por ejemplo, no mirar al objeto que está nombrando y no gesticular hacia el objeto mientras se esté nombrando, se debe tener cuidado en la evaluación cuando se le pida al niño realizar alguna tarea, si el niño falla, entonces podrá agregar las señales, si él es capaz de hacerlo entonces se tendrá certeza que está utilizando la estrategia de apoyo para comprender la indicación, más no propiamente que entienda cada palabra de la instrucción (Miller y Paul, 1995). También se recomienda solicitar la respuesta correcta al menos dos veces para evitar que la primera respuesta acertada sea cuestión solo del azar. No se debe olvidar que la evaluación de la comprensión de palabras se debe hacer en contextos rutinarios y esas mismas palabras fuera de las rutinas, así como la comprensión en ausencia del objeto.
Por último, en esta etapa es necesario evaluar no sólo las palabras que el niño comprende, también se debe valorar la comprensión de dos términos dentro de una frase, alrededor de los 18 meses suelen aparecer el uso de dos palabras, es decir, han iniciado a combinarlas, posteriormente, comenzarán a utilizar más de dos palabras dentro de una frase, por consiguiente, en los niños con retraso inicial del lenguaje no siempre estarán presentes, por ello la comprensión de estas frases juega un papel preponderante dentro de la evaluación.
Los contextos de la evaluación de todos los aspectos mencionados anteriormente se realizan de manera directa en los centros de trabajo de los profesionales de la salud y la educación, en ciertos casos, si las condiciones lo permiten se evalúan también en casa. Otra forma complementaria que puede resultar de utilidad es hacerlo a través de videograbaciones realizadas fuera de las escuelas, clínicas o consultorios. Se deben dar instrucciones precisas para los padres a fin de lograr las conductas que se requieren observar.
Conclusiones
La comprensión es un predictor consistente del desarrollo posterior de lenguaje, este hecho merece especial atención en la evaluación de los niños en el periodo de la emergencia del lenguaje (18-24 meses de edad). Existen instrumentos formales e informales para evaluar los aspectos relacionados con la comprensión del lenguaje, desde instrumentos estandarizados y adaptados a ciertas poblaciones hasta las propias observaciones directas en interacciones con el profesional, con los padres o cuidadores en persona y/o mediante el análisis de videograbaciones.
Los instrumentos formales presentados aquí son algunos ejemplos del repertorio de herramientas de evaluación disponibles en el mercado, es deber de cada profesional ampliar estos conocimientos y robustecer su acervo sobre el campo de la evaluación infantil. Cada día los test y las pruebas se descontinúan, se actualizan o se producen nuevas. Existen muchas técnicas informales para evaluar la comprensión, como regla general deben incluir tareas para estimar el tamaño del vocabulario, la comprensión de palabras en contexto y fuera del contexto, la comprensión de frases de dos, tres y más elementos dentro de las frases.
Evaluar la comprensión temprana en niños pequeños es un desafío que requiere de mucha experiencia y de conocimientos sólidos sobre el desarrollo del lenguaje infantil y sus alteraciones. Es un proceso metodológico que exige meticulosidad de principio a fin. El profesional dedicado a esta tarea debe caracterizarse por su alto grado de responsabilidad hacía el desarrollo integral de los niños y el compromiso hacia la actualización constante en temas de evaluación.
Referencias
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