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La autoestima un aprendizaje actitudinal en la Orientación (Parte I)

Si bien el proceso de orientación involucra el desarrollo de todos los aspectos del orientado, en este trabajo nos parece significativo reflexionar sobre la importancia del factor  afectivo (autoestima), en la dimensión de autoconocimiento, como un aprendizaje actitudinal significativo para la construcción de la identidad y cosmovisión del mundo en la realización de  sus las tareas vocacionales a lo largo de la vida del ser humano, en especial la adolescencia y juventud.

Resumen: En este texto intentamos repensar la importancia de la autoestima como aprendizaje actitudinal, necesario ante las problemáticas vocacionales de los adolescentes y jóvenes en la sociedad actual.

Definimos a la autoestima como una construcción social y como un contenido actitudinal importante en el proceso de orientación profesional o vocacional.

Planteamos a su vez a la Orientación psicopedagógica como una forma intervención mediante la autoorientación, como un escenario adecuado para el logro de los adolescentes y jóvenes de una autonomía personal y un aprendizaje para la vida en la colectividad social.

 

Palabras Clave

Orientación psicopedagógica, Orientación profesional, asesoramiento vocacional, autoorientación, adolescencia y juventud, autoestima, aprendizaje actitudinal.

El Propósito de este trabajo es considerar la importancia del trabajo y la valoración del autoconocimiento (autoconcepto y autoestima), como una de las dimensiones importantes para orientación de los adolescentes y jóvenes. Dentro de este concepto centrarnos en la autoestima como aprendizaje actitudinal y lograr así la comprensión de la manera de pensar, sentir y actuar desde la propia perspectiva de los adolescentes y jóvenes en sus problemáticas vocacionales. Aprendizaje que promueva el desarrollo de su autoestima y autoaceptación como información-formación relevante para la toma de decisiones en las transiciones al mundo adulto y activo en desarrollo personal y de la carrera de los mismos.

 

Introducción.

Para los adolescentes y jóvenes, previo a poder desempeñarse en una ocupación laboral, es necesario que elijan el camino profesional que se desean tomar. En nuestro país por lo general tal elección se realiza durante en la educación formal (media superior). Sin embargo, no es el único momento de la vida que requiere retomar las problemáticas vocacionales. Tal es el caso de los alumnos universitarios que una vez que ya están estudiando una carrera, se dan cuenta que ésta no corresponde con sus necesidades e intereses, por lo cual prefieren abandonar dichos estudios y comenzar a buscar otra profesión, o el de los egresados universitarios que requieren realizar estudios de posgrado o especialización.

 

En México la orientación profesional o vocacional, sigue siendo una asignatura pendiente y poco valorada, las estrategias tradicionales que predominan en nuestras escuelas de educación media superior se caracterizan, según Gonzales (en Fuentes 2010, Pág. 238):

  1. Estar centradas en la aplicación de pruebas psicotécnicas: se confía mucho en ellas por los cimientos estadísticos con los que se construyen, y se asume que este no es un proceso del propio sujeto sino resultado de la correspondencia entre las aptitudes e intereses del orientado, el perfil de la profesión y las necesidades de mercado.
  2. El Modelo clínico (entrevista psicológica): es otra estrategia que pretende ayudar al orientado a realizar sus elecciones vocacionales, Y esta puede realizarse desde diferentes perspectivas teóricas, desde las psicodinámicas, a las no directivas o gestálticas entre otras.
  3. Muchas de estas pruebas se usan para orientar en elecciones personales, de pareja, familia y profesionales ignorando la diversidad cultural de nuestras sociedades, por lo cual terminan siendo objetos estáticos en el tiempo, es decir se ofrece un modelo de elección ajeno a su realidad histórico cultural determinada (Fuentes, 2010 pág. 239).

 

Ambas modalidades la psicotécnica y la clínica, aun siendo diferentes, tienen en común recortar la problemática en aspectos estrictamente individuales, así como considerar el contexto como simple escenario no relevante donde se desarrolla una problemática vocacional (Rascovan, 2020 pág. 7).

 

  1. Por otro lado, y en nuestra experiencia, la orientación profesional o vocacional termina siendo una asignatura (educación media superior) que se apoya en manuales o pruebas cualitativas, junto a una serie de herramientas de distintas teorías científicas, de aparente condición “científica”, que suscita la sensación de que existe entre ellas alguna clase de relación.
  2. En el de asesoramiento vocacional hay una centralización en los intereses, actitudes y valores del orientado, como elementos relativamente independientes, sin considerar todas las dimensiones o áreas de la orientación psicopedagógica desde una perspectiva informativa-fragmentaria. Destacando el uso de test vocacionales, dejando a un lado el aprendizaje actitudinal de valores, creencias o cosmovisión del mundo para una orientación integral personal, familiar, escolar, profesional y comunitaria.

Es así que la orientación profesional o vocacional en las instituciones educativas, puede terminar siendo una función administrativa y un instrumento de selección de los individuos, expresándose como un proceso informativo más que formativo.

 

 Fundamento teórico

 

 La Orientación Psicopedagógica y la autoorientación como autodesarrollo.

 

La Orientación Psicopedagógica (OPP), es una función educativa fundamental para los procesos de formación y desarrollo de niños, adolescentes y adultos.

  • Para Bisquerra (en REMO,2005, pág. 2), la orientación psicopedagógica es un proceso de ayuda y acompañamiento continuo a todas las personas en todos sus aspectos a lo largo de la vida, para lograr la prevención y el desarrollo humano. Podemos entonces pensar que es un desarrollo humano integral, que incluye el autodesarrollo o la autonomía personal como parte de la autoorientación.
  • La autoorientación definida como una mediación del orientador que facilita la clarificación de las concepciones sobre sí mismo y sobre la realidad que están en la base de las situaciones expuestas o vivenciadas por el orientado. Mediación que le ayuda a tomar conciencia de sus actitudes, creencias y valores y el modo en que esta configura e interpreta sus experiencias significativas en las elecciones de vida, invitándolos a reflexionar críticamente sobre ellas.

En esta autoorientación destacan:

  • El orientador: como mediador que muestra una actitud crítica y creativa en su práctica, tomando como referencia una(s) teoría(s) o modelos de orientación, insertándolo en contexto sociocultural para guiar su tarea. A la vez considera al proceso orientador desde una metodología participativa donde al orientado es un sujeto activo de su propio proceso orientador (autoorientación). Sin embargo, lograr esta autoorientación, implica para el orientador una mayor disposición y tiempo para establecer relaciones intra e interpersonales, en un clima de confianza y de conceso, donde predomine el diálogo y comunicación (cercanas y directas) con el orientado o grupo de orientados para lograr un proceso adecuado de acompañamiento.
  • El orientado: un sujeto activo constructor de su propio proceso de orientación en cuya formación, por medio de un aprendizaje grupal desarrolla habilidades sociales, intra e interpersonales, donde se estimula el autoconocimiento y la comprensión de los otros, como formas de interdependencia en la construcción de sus proyectos de vida y de la carrera (Rivadeneira. 2013, pág. 59).
  • El aprendizaje grupal: escenario de vida, mediante un aprendizaje practico basado en las experiencias, juegos y sueños de estos adolescentes y jóvenes, en el que se reflexiona e interiorizan los contenidos del proceso orientador a través de la participación y dialogo.
  • El asesoramiento vocacional, para Rivas (1995, pág. 68), es un proceso técnico solicitado por una persona en situación de problemática vocacional, que intenta lograr una toma de decisiones realista y eficaz en su desarrollo profesional. Proceso individual o grupal que involucra conocer e identificar las dimensiones personales y sociales del orientado. Retomando a Bisquerra (1998, pág.  240) y Álvarez (1995, pág. 290), lo podemos alcanzar mediante las dimensiones de autoconocimiento (personal o interno), conocimiento del mundo educativo y laboral (social o externo), toma de decisiones (personal o interno) y aproximación del mundo educativo y laboral (social o externo).

Si bien el proceso de orientación involucra el desarrollo de todos los aspectos del orientado, en este trabajo nos parece significativo reflexionar sobre la importancia del factor  afectivo (autoestima), en la dimensión de autoconocimiento, como un aprendizaje actitudinal significativo para la construcción de la identidad y cosmovisión del mundo en la realización de  sus las tareas vocacionales a lo largo de la vida del ser humano, en especial la adolescencia y juventud, siendo para ellos  una etapas puntual para la inserción al mundo adulto y activo en las sociedades histórica y culturalmente determinadas (Álvarez, 1995, pág. 218).

En el texto reflexionamos el campo de la orientación profesional o vocacional desde la psicología del desarrollo, apoyándonos en modelos humanistas y constructivistas, que nos permita complementar en los itinerarios vocacionales, los contenidos conceptuales y procedimentales con los actitudinales, lo que nos parece una tarea de interés para el desarrollar en estos jóvenes en una formación vocacional integral.

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