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¿Por qué hablar de discapacidad auditiva?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud1, en la actualidad existen 1,500 millones de personas con sordera y se ha previsto que para el 2050, esta cantidad aumente a 2500 millones, es decir 1 de cada 4 personas; 1,100 millones de jóvenes entre los 12 y 35 años, se encuentran en riesgo debido a las actuales prácticas de esparcimiento y diversión, que los llevan a estar expuestos de manera excesiva a sonidos fuertes.

¿Quién en la actualidad no utiliza audífonos? Ya sea para escuchar música, en cursos o talleres en línea, o por diversas cuestiones laborales.

Asistir a lugares recreativos con sonidos estridentes, se ha convertido en una práctica común. Incluso utilizar grandes bocinas y micrófonos para llamar la atención sobre productos en venta.

Hemos desarrollado prácticas que se han convertido en hábitos que ponen en riesgo nuestra salud auditiva, aunado a esto, no tenemos una cultura de prevención en cuestión de salud. Dos factores que nos sitúan en una posición vulnerable.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud1, en la actualidad existen 1,500 millones de personas con sordera y se ha previsto que para el 2050, esta cantidad aumente a 2500 millones, es decir 1 de cada 4 personas; 1,100 millones de jóvenes entre los 12 y 35 años, se encuentran en riesgo debido a las actuales prácticas de esparcimiento y diversión, que los llevan a estar expuestos de manera excesiva a sonidos fuertes. Tal es el caso de las discotecas, los conciertos masivos o el uso discriminado de los audífonos.

La discapacidad auditiva (DCA) la podemos entender como “la falta, disminución o pérdida de la capacidad para oír en algún lugar del aparato auditivo” 1, esta no se aprecia porque carece de características físicas que la evidencien. La OMS, considera discapacidad auditiva a la perdida superior a 25 Dbs. Dependiendo del grado de pérdida va de ligera a profunda; se convierte en cofosis, anacusia o sordera cuando no hay percepción de sonidos.

Luego entonces, una persona sorda es aquella que ha perdido por completo la capacidad auditiva. Pudo haber nacido con esta condición o desarrollarla a lo largo de la vida ya sea de forma hereditaria, por algún accidente o infección.

Cuando la persona aún registra algunos sonidos en cualquier nivel, es considerada Hipoacúsica, por lo general, utilizan auxiliares auditivos o implante coclear.

Anteriormente se solía llamar sordomudas a todas las personas con DCA, sin embargo, este es un término incorrecto, porque el hecho de que no hablen no significa que estén imposibilitadas para hacerlo. Existen entonces, distintas condiciones en la población que conforma la comunidad sorda. En ella, hay2:

  • Personas sordas semilingües, que son aquellas que no han desarrollado ninguna lengua. Pueden llegar a comunicarse a través de un sistema de gestos y señas, entendibles solo en el contexto familiar o contexto inmediato.
  • Personas sordas señantes, son aquellas que manejan la Lengua de Señas y que han desarrollado una identidad en torno a la cultura sorda.
  • Personas sordas hablantes. Aquellas que aún nacidas sordas, fueron enseñadas a oralizar o quienes ya habían adquirido el lenguaje antes de ensordecer.

Actualmente el término que se utiliza es Persona Sorda, esto tiene toda una connotación psicológicamente hablando, dado que permite separar a la persona de la condición de vida que tiene. Ser persona, valida nuestra identidad. Es muy importante que recordemos que antes que otra cosa, somos personas, seres humanos.

Lo comento porque desafortunadamente el grueso de la población, reaccionamos de forma inadecuada ante todo lo que es diferente, lo vemos con extrañeza, nos mofamos de ello, lo desaprobamos e incluso lo agredimos y rechazamos, lo que hace mucho más difícil lidiar con esta situación.

Me ha tocado incluso experimentar, que se ponga en entredicho lo que vivo con la DCA, con frases que para mi gusto tienen ciertos matices de violencia o desacreditación, como las siguientes:

  • “Escuchas lo que te conviene”
  • “A veces te hablo y bien que me escuchas”
  • “En serio no escuchas esto o lo otro”
  • “Te voy a gritar para que me escuches” (esto es sumamente agresivo)
  • “El sordo no oye, pero bien que compone”

Esto último se suscita, sobre todo cuando se está en proceso de la pérdida, ya que los sonidos empiezan a distorsionarse, provocando que de pronto se escuche una palabra en apariencia, cuando en realidad se está diciendo otra.

Para mí, resultó muy cansado de verdad tener que estar explicando todo el tiempo, que si escucho, que no, por qué a veces puedes leer los labios sin problema y otras no, así como todos los factores que influyen para que una persona sorda, tenga la posibilidad de comunicarse, de acuerdo a sus posibilidades.

Finalmente me gustaría que aclaráramos el famoso término de “inclusión”, porque al parecer se realizan muchas acciones aparentemente a favor de, la mayoría de ellas, por desgracia, simuladas únicamente.

La inclusión no es sentir lástima, tratar bien, dar apoyos económicos (digo, los dos últimos ayudan, pero…), la inclusión conlleva todo un trasfondo de derechos y legalidad, que permita a cada persona desarrollar todo su potencial independientemente de la condición de vida que tenga. Formar parte de una sociedad, que tenga las condiciones necesarias para tener autonomía personal.

 

Referencias

1 Sordera y pérdida de la audición. OMS.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/deafness-and-hearing-loss.

Publicado: 27 de febrero 2023 Consultado: 24 de junio 2023

2 Manual nivel 1 Básico Lengua de Señas Mexicana, Instituto para la formación Integral del Sordo. CDMX

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