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Funciones ejecutivas

Las funciones ejecutivas son necesarias en nuestro día a día para desenvolvernos y alcanzar nuestros objetivos. Un problema en las funciones ejecutivas puede alterar la correcta regulación de otros procesos cognitivos y dificultar muchas actividades cotidianas.

Las funciones ejecutivas son el conjunto de capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular la propia conducta, es decir, actividades mentales complejas necesarias para planear, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas.

Las funciones ejecutivas son necesarias en nuestro día a día para desenvolvernos y alcanzar nuestros objetivos, por ejemplo, cuando planeamos el día al levantarnos pensando qué tenemos que hacer, en qué orden, cuánto tiempo nos llevará hacer cada cosa, ir de un sitio a otro, modificar nuestro plan en caso de algún imprevisto o realizar una tarea nueva con la que no contábamos.

Las áreas cerebrales más relacionadas con las funciones ejecutivas son la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza prefrontal ventromedial, la corteza prefrontal orbitofrontal y la corteza cingulada anterior.

El daño en las estructuras prefrontales puede provocar complicaciones como:

  • Anosognosia. Falta de conciencia del propio déficit
  • Abulia. Falta de iniciativa
  • Dificultad para secuenciar acciones
  • Problemas para gestionar el comportamiento y la emociones
  • Rigidez cognitiva

Un problema en las funciones ejecutivas puede alterar la correcta regulación de otros procesos cognitivos y dificultar muchas actividades cotidianas.

Síndrome disejecutivo o síndrome frontal

Este síndrome aparece como resultado de un mal funcionamiento de las funciones ejecutivas. Hay una alteración de diversas habilidades cognitivas como la iniciativa, la fluidez, la inhibición, la flexibilidad, la autorregulación, la planificación y la toma de decisiones, lo que provoca una conducta desorganizada, poco adaptada al medio, con cambios de personalidad y de estado de ánimo (las personas con síndrome disejecutivo se vuelven egocéntricos, obsesivos e irritables). El síndrome disejecutivo puede venir por daño cerebral en la corteza dorsolateral derivado de un ictus, traumatismos crameoencefálicos, tumores o enfermedades neurodegenerativas.

También puede haber problemas en las funciones ejecutivas sin necesidad de un daño cerebral como en la dislexia, la discalculia, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), la esquizofrenia o el autismo (TEA), el estrés crónico y el envejecimiento.

Evaluar las funciones ejecutivas puede ser de gran ayuda en diferentes ámbitos:

  • Académico: nos ayuda a saber si un alumno va a organizar bien su estudio y a controlar si conducta durante las clases.
  • Clínico: por ejemplo, para saber si un paciente será capaz de adaptar sus impulsos o sus estados emocionales a la situación.
  • Profesional: nos ayuda a saber si un trabajador podrá resolver los imprevistos que se presenten y si tomará decisiones pertinentes.

Habilidades que componen las funciones ejecutivas

  • Flexibilidad cognitiva. Capacidad para adaptar nuestra conducta y pensamiento a situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas adaptándonos a las circunstancias de nuestro entorno.
  • Inhibición. Capacidad para controlar respuestas impulsivas o automáticas y generar respuestas mediadas por la atención y el razonamiento.
  • Monitorización. Capacidad para supervisar nuestra conducta y asegurarnos de cumplir el plan de acción establecido.
  • Planificación. Capacidad para pensar en el futuro y anticipar mentalmente la forma correcta de ejecutar una tarea o alcanzar una meta en base a la anticipación de consecuencias.
  • Memoria de trabajo. Capacidad para almacenar temporalmente y manipular la información con la finalidad de realizar tareas cognitivas complejas.
  • Toma de decisiones. Capacidad para elegir una opción entre diferentes alternativas de manera eficiente y meditada.
  • Resolución de problemas. Capacidad de llegar a una conclusión lógica ante el planteamiento de una incógnita.
  • Razonamiento. Facultad que nos permite resolver problemas de diversa índole de manera consciente estableciendo relaciones causales entre ellos.

La plasticidad cerebral es la base de la rehabilitación de las funciones ejecutivas y de las demás capacidades cognitivas. Si ejercitamos frecuentemente las funciones ejecutivas, las estructuras implicadas en esta capacidad se fortalecerán.

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