Frente a esta situación, aparece el primer gran desafío: poder intervenir desde otro espacio, con otra escucha, que posibilite una RESIGNIFICACIÓN que no aprese al niño en los límites que su diagnóstico parece imponer.
Cuando llega un joven a un Centro Ocupacional o Servicio de Ocupación terapéutica, es conveniente realizar un registro inicial, para poder posteriormente hacer frente y planificar el programa integral de rehabilitación, teniendo en cuenta su grado de autonomía personal y social, como así también su comunicación y acceso al ordenador.
La estimulación se concibe como un acercamiento directo, simple y satisfactorio, para gozar, comprender y conocer a tu bebe, ampliando las alegrías de la paternidad y ensanchando su potencial del aprendizaje.
Los niños hiperactivos son más propensos a accidentes y a medida que va creciendo se vuelven más agresivos, revelando comportamientos antisociales, pudiendo incluso presentar una baja autoestima.
En la clasificación clínica se presentan los síntomas y trastornos más frecuentes que se producen en la parálisis cerebral.
El mundo social del niño, o bien se ve muy reducido debido al quiebre de los contactos sociales y por lo tanto deja de ser un ambiente nutricio para la personalidad del niño, o bien recibe de él señales negativas acerca de su persona que minan su autoestima distorsionando la imagen de sí mismo y afirmando contenidos de identidad exógenos derivados del impacto de la estigmatización.
La clasificación de la sordera o hipoacusia plantea distintos puntos de vista, a partir de la óptica que se enfoque la graduación, ya sea ésta: audiológica, pedagógica, otológica, psicológica, etc.
Todos los programas de estimulación temprana, deben tener claro, el sujeto a quien se destina la atención inicial. Se deberá aunar esfuerzos entre el equipo profesional y la familia, para dar pautas que beneficien las potencialidades del niño/a.
La clasificación de la parálisis cerebral se puede agrupar teniendo en cuenta tres criterios fundamentales: el clínico, el topográfico y según la intensidad.
La disfemia o tartamudez es el defecto de elocución caracterizado por la repetición de sílabas o palabras, o por paros espasmódicos que interrumpen la fluidez verbal, acompañadas de angustia.