El logopeda es el profesional que participa en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la disfagia y puede hacer uso de la terapia miofuncional para ejercitar la musculatura implicada en la deglución, mejorando el tono, la fuerza, amplitud, velocidad y coordinación de la misma.
Comer y beber son acciones fundamentales para el ser humano, además, deben de ser momentos placenteros, pues tienen una connotación social. Cuando hay dificultades para comer o beber, se afecta seriamente la calidad de vida de la persona.
La disfagia (del griego dys [dificultad] y phagia [comer]) puede ocasionar problemas físicos como atragantamientos, deshidratación o complicaciones respiratorias y puede afectar la relación con los demás llegando a prescindir de actividades familiares y/o en el entorno social.
La deglución es un proceso neuromuscular complejo que se desencadena de forma refleja cuando el centro de la deglución y los pares craneales reciben la información sensorial periférica (también puede ser de inicio voluntario). En ella participan más de 30 músculos y deben coordinarse tanto el sistema respiratorio como el digestivo.
Fases de deglución
1. Fase oral. Esta fase es voluntaria; es una fase preparatoria en la que se manipula el alimento gracias a la acción coordinada de la musculatura oral y una fase expulsiva en la que el bolo es empujado hacia la faringe.
2. Fase faríngea. Abarca desde que se produce el reflejo hasta la apertura del esfínter esofágico superior. Requiere coordinación de procesos de forma secuencial para proteger la vía respiratoria. El esfínter esofágico superior se abre para recibir el alimento y la vía respiratoria se cierra para evitar que el alimento se dirija al pulmón.
3. Fase esofágica. Consiste en el desplazamiento del alimento hacia el estómago gracias a la onda peristáltica producida por las capas musculares esofágicas. En esta fase solo el vómito puede hacer que el bolo regrese a la boca.
Este proceso lo hacemos varias veces al día ya que debemos pasar saliva
La disfagia debe abordarse por un equipo multidisciplinar y debe incluirse a la familia y al paciente quienes deberán de seguir las pautas de manera estricta para recibir una alimentación segura.
Cuando la musculatura orofacial no funciona de manera adecuada pueden surgir problemas como:
Deglución atípica
Dificultades en la pronunciación que afectan la claridad del habla
Problemas respiratorios como la respiración oral
Alineación inadecuada de los dientes y maloclusión
Estos problemas no solo afectan la función orofacial, sino también el desarrollo dental, la postura, y en algunos casos la salud general del paciente.
El logopeda es el profesional que participa en la prevención, diagnóstico y tratamiento de la disfagia y puede hacer uso de la terapia miofuncional para ejercitar la musculatura implicada en la deglución, mejorando el tono, la fuerza, amplitud, velocidad y coordinación de la misma. La terapia miofuncional es el conjunto de procedimientos y técnicas utilizadas para la corrección del desequilibrio muscular orofacial, la creación de nuevos patrones musculares en la deglución, la creación de patrones adecuados para la articulación de la palabra, la reducción de hábitos nocivos y el mejoramiento de la estética del paciente (Meyer, L.A., 2004; cp Abello y cols., 2005) cuyo objetivo es evitar o corregir desequilibrios orofaciales.
Su base de trabajo es el sistema bucomaxilofacial, que se encarga de funciones vitales como la respiración, succión, deglución, masticación y el habla; y otras múltiples como bostezar, llorar, vomitar, etc.
En algunos casos se recomienda que el paciente tenga un tratamiento de ortodoncia, para lo cual se sugiere que el logopeda tenga aproximadamente 8 o 10 sesiones antes de la colocación de aparatología para concienciar al paciente acerca de su patrón deglutorio incorrecto y la nueva manera de tragar mediante ejercicios específicos de la terapia miofuncional.