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Desarrollo del lenguaje y detección de sus trastornos en el niño y la niña. (Parte III)

Pautas del desarrollo

Dadas estas condiciones, el proceso de desarrollo del lenguaje transcurre por etapas que comienzan por un desarrollo prelingüístico, como se mencionó anteriormente, que requiere de:
·Mecanismos internos propios del niño.
·Experiencia que en cierto modo posea un sentido para el niño.
·Facultades de atención (capacidad de centrar la información para que resulte más relevante para un determinado objetivo).
·Experiencia interactiva para desarrollarse.

Todas estas condiciones hacen posible que se procesen los datos sensoriales a través de los cuales se van integrando los elementos del código lingüístico, requisitos para la comprensión del lenguaje. Además, para que el proceso de adquisición del lenguaje oral se desarrolle adecuadamente, debe haber una buena disponibilidad para la comunicación tanto física como psicológica entre el niño y las personas que interactúan con él, por ello el lenguaje que sirve de modelo al niño debe cumplir por lo menos con dos condiciones:

·Darse a nivel expresivo, iniciando intercambios conversacionales, y a nivel receptivo, respondiendo adecuadamente a las emisiones hechas por el niño (a).
·Una valiosa gama de frases gramaticales correctas.


Es necesario recordar siempre que el desarrollo del lenguaje en el (la) niño(a) puede darse con diferentes ritmos de evolución. No todos los (las) niños (as) empiezan a la misma edad ni coinciden en el momento de finalizar el proceso, pero dentro de esta variedad, hay unos márgenes dentro de los cuales se habla de “normalidad”.

La principal herramienta que tiene el bebé para lograr sus fines, es otro ser humano familiar; una respuesta social negativa a sus iniciativas resultaría perjudicial.

La evolución del lenguaje oral en el (la) niño (a) pasa por grandes y diversas etapas que van desde su nacimiento hasta el ingreso a la escuela.

Según Puyuelo, M. (2000), la ontogénesis del lenguaje oral indica que cualquier iniciativa de evaluación en esta área va invariablemente ligada al desarrollo, dentro del que se distinguen varios períodos de adquisiciones lingüísticas: adquisiciones prelingüística, lenguaje no combinatorio, adquisición de los fonemas y primer lenguaje combinatorio.

Las adquisiciones prelinguísticas abarcan aproximadamente de los 0 a los 12 meses de edad, durante los cuales el bebé pasa de la expresión a la comunicación y de ahí al lenguaje oral. Durante esta etapa el niño(a) aprende del adulto y de otros niños (as) mayores que forman parte de su entorno, utiliza los mecanismos básicos de la comunicación a nivel preverbal con lo que recurre principalmente a la actividad vocal, la cual evoluciona considerablemente durante los primeros quince meses con los gritos, llantos, balbuceo y control articulatorio observable en la producción de las primeras palabras, la imitación de las producidas por el adulto y matices que expresan manifestaciones que las madres reconocen muy bien, tales como hambre, dolor y sueño.

Igualmente, Nieto, M. (1994), expresa que es gracias a la repetición de estos movimientos, como los órganos bucales van adquiriendo la agilidad que van a necesitar posteriormente cuando llega el momento de la articulación de la palabra.

Al finalizar el primer año y al principio del segundo, se desarrolla la comprensión verbal. El (la) niño(a) comprende ciertas palabras y algunas expresiones que aparecen en contextos apropiados antes de empezar a expresarse a través de éstas. También comprende y utiliza gestos con todo el cuerpo, experimenta con objetos, comprende órdenes sencillas y aprende a darle nombre a las cosas. Aparece luego un primer lenguaje no combinatorio caracterizado por el incremento más rápido de los repertorios léxicos productivos y receptivos, cuyo inicio suele coincidir con la aparición de los enunciados de dos o más palabras (Puyuelo, M. 2000). Estas primeras palabras se caracterizan por usar un número limitado de elementos fonéticos y por referirse a características más amplias que las aceptadas por la lengua adulta, tanto en lo que se refiere a los objetos y como a las acciones. Las palabras, en esta etapa parecen ser esfuerzos por expresar ideas complejas, ideas que un adulto expresaría mediante oraciones.

Se da un incremento lento del vocabulario productivo y receptivo entre la aparición de las primeras palabras y el final del segundo año. La comprensión pasa de unas 500 palabras a los 30 meses, 1500 a los 48, 2000 a los 5 años (según indicadores generales). Más tarde el (la) niño (a) utiliza palabras aisladas para expresar algunas relaciones con sentido entre las que se encuentran la posesión, la atribución y la localización.

La adquisición de la fonética se da entre los 0 y 6 años, dentro de un proceso gradual y universal, sin importar la cultura lingüística en la que el niño está inmerso (Miretti, M.L., 2003).

La /a/ suele ser la primera vocal emitida, mientras que una oclusiva labial normalmente la /p/, a veces la /m/ inaugura las consonantes. Este hecho permite las combinaciones papá y mamá facilitadas por la repetición silábica. La vocal /a/ se obtiene con gran abertura de la boca, vibración de las cuerdas vocales, no tiene duración limitada. Las características acústico-articulatorias de la letra /p/ son inversas.

La diferenciación de los fonemas avanza según dos ejes: grave – agudo y compacto – difuso con fonemas como /p,t,k/ entre otras consonantes y las vocales /a,e,o/.

Progresivamente se van añadiendo otras vocales, algunas consonantes oclusivas sonoras /b,d,g/ las nasales /n,ñ/, las fricativas sordas /f,s,ch,j/ las laterales /l/ y la vibrante /r/.

El desarrollo que comenzó hacia el final del primer año, dura hasta los cinco años aproximadamente. Algunas consonantes como las fricativas sordas y sonoras suelen ser articuladas correctamente antes de los siete u ocho años.

La frecuencia con que ciertos fonemas y palabras que aparecen en el habla dentro del entorno del niño (a), inciden sobre la adquisición más o menos precoz o más o menos tardía de ciertos fonemas, así como la precisión de su producción articulatoria y la facilidad y la exactitud con la que se discriminan en las palabras de los demás.

Es importante señalar que es a partir de los 3 años de edad, cuando el (la) niño (a) comienza a dominar y a emitir con mayor exactitud y precisión los fonemas de su lengua.

Para Puyuelo, M. (2000), el desarrollo fonológico aún no se ha completado a los 4 años de edad. La producción de ciertos fonemas en los que el margen de maniobra articulatoria es más estrecho como /s,ch,j,l,r/ se tienen que perfeccionar y estabilizar en muchos caso. En el niño de 4 a 6 y 7 años, la articulación de estos fonemas, en forma aislada o en coarticulación con palabras cortas, suele ser más fácil. Sin embargo, a partir del momento en que el fonema se íntegra con el conjunto en que intervienen varios fonemas difíciles o en conjunto con cierta longitud, más o menos familiar, el niño experimenta serias dificultades para expresarlo. El dominio progresivo de los fonemas fricativos, laterales y el progreso de la articulación se perfecciona después de los 4-5 años de edad.

El primer lenguaje combinatorio es una fase importante para el desarrollo lingüístico, ya que en este periodo aparece la posibilidad de combinar varias palabras y construir frases o expresiones complejas, cuya relación semántica parece evidente para el adulto aunque no se trate de una expresión formal. El (la) niño (a), ya no pronuncia palabras sólo por imitación, sino cuando necesita decir algo importante.

Al terminar la etapa del lenguaje combinatorio surge una característica importante: el (la) niño (a) todo lo pregunta, es la edad de los ¿por qué? También usa el verbo, luego el adverbio y finalmente el “yo” como expresión de su personalidad. Aparece el habla egocéntrica que le permitirá la formación del lenguaje interior para conducirlo más tarde al lenguaje social.

Dentro de la evolución del lenguaje es importante enumerar diferentes fases del discurso lingüístico:

Lenguaje telegráfico:

Comienza el discurso lingüístico. El niño incluye en su uso del lenguaje hablado (palabras) la gramática, contando con una mejor pronunciación, entonación y ritmo para transmitir significado. En esta etapa se da la omisión de artículos, preposiciones y conjunciones o sea el lenguaje telegráfico.

Primeras oraciones:

La evolución de adquisiciones estructurales se desarrolla en tres niveles.

Patrón u orden de la frase. Estos cambian de un idioma a otro, por ejemplo: s + y + c (sujeto, verbo, complemento) en castellano y francés, y s + c + v (sujeto, complemento, verbo) en alemán y holandés. Clases de palabras y funciones. Sustantivo, adjetivo, verbo y adverbio. Las flexiones, es decir el género, número y los tiempos verbales El uso de nexos: preposiciones y conjunciones.

Fases evolutivas de la oración

La etapa de la oración inicia en el orden de sujeto + verbo +complemento. La oración es simple. Se impone generalmente el control del número para una misma palabra. El niño, comienza a emplear la conjugación del verbo en futuro. Por ejemplo: Voy a..., hacer, tener, ir. Inicia el uso del YO. Aparecen las preposiciones para, por, con.

De los 3 a los 4 años de edad aparecen las oraciones con complemento más amplio, inicia la oración compuesta, utiliza de 4 a 8 palabras siendo un gran número de adjetivos y adverbios y ya los 6 años emplea conjugaciones y amplía los tiempos verbales utilizados aunque no de manera consciente. Todavía existen errores en la conjugación de verbos irregulares, que poco a poco se van remitiendo y desaparecen completamente en torno a los 10 años. A partir de esta edad continúa la adquisición lingüística en un proceso de ensayo y error, en donde el sujeto realiza “adquisiciones o aprendizajes” del lenguaje que luego falsea o verifica incorporando los resultados a su acervo lingüístico, que se va incrementando a lo largo de toda la vida en un proceso, no sólo cualitativo, sino cualitativo. Véase la tabla de progresión del niño (a) en diversos planos.

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