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Estilo de vida y autopercepción sobre salud mental en el adulto mayor . (Parte III)

Cada persona tiene sentimientos, actitudes y creencias sexuales procesadas a través de una perspectiva intensamente individual, la cual se conforma por experiencias personales, tanto íntimas como sociales. El más trascendente es la muerte de la pareja, aunque deben ser transformados también los acontecimientos menos drásticos, que suelen ser causa de enfermedades mentales.

DISCUSIÓN 
En este estudio los sexos tuvieron similar proporción y las edades más frecuentes fueron 70-74 años, pero la mayor participación estuvo por encima de los 70 años, lo cual se corresponde con la esperanza de vida de la población cubana.
 
La tercera edad marca un punto de la vida en que los beneficios de la actividad física regular resultan de gran importancia para disminuir y/o invertir muchos de los riesgos físicos, psicológicos y sociales que a menudo acompañan al envejecimiento.
 
Es primordial que los adultos mayores conozcan las características del proceso de envejecimiento, los cambios que aparecen en esta etapa, los declives y pérdidas, pero también las ganancias, las potencialidades para adoptar estilos de vida más adecuados, así como asumir actitudes positivas y desprejuiciadas; por tanto, deben mantenerse activos en su vida cotidiana.
 
Muchas personas tienen una forma de vida dinámica sin necesidad de participar en programas de ejercicios formales, puesto que a través de los quehaceres diarios, tales como trabajos domésticos (ir de compras, cocinar, limpiar, entre otros) se puede mantener un nivel de adecuado de actividad.7 
 
Actualmente, los ancianos no solo buscan la satisfacción de sus necesidades materiales (vivienda, salud, entre otras), sino también de otras que antiguamente no eran importantes, tales como participar, hablar, decidir, comprometerse, divertirse, recrearse, aprender e intervenir en grupos.
 
Hoy día, el adulto mayor se queja de su falta de autoridad en el núcleo familiar, dada por la independencia que toman los hijos, la dependencia económica hacia ellos, la imposibilidad de realizar todas las actividades hogareñas que antes realizaba, entre otros factores.8 
 
También, los gerontes se quejan de que tienen poca ayuda en la casa, no se les brinda el apoyo espiritual que necesitan y no se preocupan por ellos.
 
Estas razones demuestran la poca atención que en ocasiones recibe el adulto mayor por parte de sus familiares, lo cual agrava aún más su situación, puesto que no son pocas las limitaciones que tienen propias de la edad o se sienten útiles debido a estas restricciones y a otras razones que alegan, entre las cuales figuran: son ignorados, existen incomprensiones y no los dejan hacer nada. Todo esto los hace más infelices.
 
Se han realizado múltiples estudios sobre estilos de vida en el anciano y algunos de ellos coinciden con este, pues señalan como uno de los factores de riesgo en la vejez el estilo de vida inadecuado, debido fundamentalmente al uso de hábitos tóxicos, tales como café, tabaco, ingestión de bebidas alcohólicas y además, el sedentarismo.9,10
 
Por otro lado, el desarrollo sexual humano es un proceso que abarca toda la vida.
 
Cada persona tiene sentimientos, actitudes y creencias sexuales procesadas a través de una perspectiva intensamente individual, la cual se conforma por experiencias personales, tanto íntimas como sociales.
 
Existe la tendencia a ignorar, subestimar, sensacionalizar a veces, y en la mayoría de las ocasiones no creer en las capacidades, deseos y necesidades que tienen los ancianos en la esfera sexual. 11,12 
 
Se observa que los adultos mayores cuando rebasan cierto número de años tienen una serie de insuficiencias, limitaciones y padecimientos que reducen en mayor o menor medida el disfrute de la vida, y llegan en ocasiones, a que esta se convierta en sufrimiento, dolor y desesperación para estas personas y sus familiares.
 
Para evitar estas molestias y sufrimientos (generalmente producidos o agravados por los errores cometidos en el proceso de civilización de la humanidad) se proponen métodos y acciones para lograr una vida útil y satisfactoria.12 
 
Con relación a la vejez como última etapa, habría que incluir los principales eventos que se han descrito para la misma, a saber: la viudez, la abuelita, el papel de los cuidadores del anciano y del anciano como cuidador, la jubilación y la muerte. En este periodo de la vida se acumulan los denominados acontecimientos vitales críticos.
 
La capacidad para poder transformar estos acontecimientos depende de las perspectivas de vida, es decir, del tiempo que queda por vivir y de las posibilidades con que se cuenta, por ejemplo: la movilidad corporal, la capacidad de establecer nuevas relaciones sociales o de encontrar actividades basadas en la reflexión, entre otras.
 
El más trascendente es la muerte de la pareja, aunque deben ser transformados también los acontecimientos menos drásticos, que suelen ser causa de enfermedades mentales.
 
Al grupo de enfermedades frecuentes en los ancianos pertenece la depresión, pues la manera de percibirse es lo que permite la propia evaluación, proceso psíquico conocido como autoestima.
 
Que la autoestima sea positiva o negativa, en alza o en baja, no es indiferente; de ella depende la manera que cada uno tiene de enfrentar la vida, valorarse a sí mismo y valorar a los demás.
 
Es probable que viva la etapa de su jubilación y retiro como una situación de pérdida y minusvalía, una especie de marginación social; resulta fácil que se sienta a sí mismo como alguien que ya no cuenta mucho para los demás porque percibe que los demás no cuentan con él, lo cual es consecuencia de la soledad.12 
 
Las manifestaciones psicoafectivas más frecuentes en los ancianos dada la incidencia de los factores biopsicosociales son: depresión, ansiedad y estrés; así, al menos la mitad de los individuos mayores de 65 años, tienen alguna alteración psíquica en la que predomina la ansiedad y la depresión.11 
 
De hecho, tanto la ansiedad como la depresión pueden ser consideradas como indicadores o síntomas que reflejan la calidad de vida, si se modifica la percepción y significado que el adulto mayor tiene de su vida.
 
Estudios realizados en varios países han encontrado que las personas ancianas son valoradas como un grupo marginal, inútil e improductivo con predominio, en diversos grupos etarios, de los estereotipos negativos.13 
 
En cuba la situación es diferente, pues está plenamente establecida la existencia y funcionamiento del Programa Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor, que garantiza una estrategia oficial para dar respuesta al envejecimiento poblacional y sus consecuencias y en el cual cada anciano, como miembro del grupo social, posee garantías suficientes para enfrentar su existencia de forma digna; pero es posible, a pesar de ello, detectar conflictos y tensiones internas relacionadas con la aceptación del sujeto al propio envejecimiento, a partir de las cuales, el individuo que envejece se autolimita y genera sus propias barreras para alcanzar una longevidad satisfactoria.
 
Los referidos conflictos surgen a partir de conceptos negativos en torno a la senectud, que arraigados en un conjunto de criterios y opiniones, se trasmiten de generación en generación y han sido denominados el Imaginario Social de la Vejez, conceptos que marcan el modo de pensar y actuar de los individuos que integran la sociedad del denominado mundo occidental actual.14 
 
Teniendo en cuenta lo antes expuesto se concluye que la autopercepción que tienen los adultos mayores de está área sobre la salud mental fue insuficiente, relacionada con aspectos, tales como para qué quedan los ancianos, actividades que pueden realizar y la sexualidad, unido a estilos de vida inadecuados por su desconocimiento.
 
Se recomendó realizar intervenciones educativas en el área de salud sobre el proceso de envejecimiento del adulto mayor, para incrementar los conocimientos y modos de actuación apropiados, que proporcione una salud mental adecuada en los ancianos.
 

 

Referencias

 1. Rocabruno Mederos JC, Prieto Ramos O. Gerontología y Geriatría Clínica. T1. La Habana: Editorial Ciencias Medicas; 1992. p. 38-65.

2. Cátedras universitarias del adulto mayor. Bases Teóricas. Gericuba. 2012[citado 8 Abr 2010]. Disponible en: http://articulos.sld.cu/gericuba/archives/391 
3. Autoimagen.  [citado 8 Abr 2010]. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Autoimagen 
4. Franco OH, Kirkwood TBL, Powell JR, Catt M, Goodwin J, Ordovas JM, et al. Ten commandments for the future of ageing research in the UK: a vision for action. BMC geriatrics. 2007 [citado 6 Ene 2010];7. Disponible en: http://www.biomedcentral.com/1471-2318/7/10/ 
5. Placeres Hernández JF, De León Rosales L, Delgado Hernández I. La familia y el adulto mayor. Rev Méd Electrón. 2011[citado 6 Ene 2012];33(4). Disponible en: http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano% 202011/vol4%202011/tema10.htm 
6. Aspectos psicoafectivos del envejecimiento. [citado 6 Ene 2010]. Disponible en: http://www.institutodelenvejecimiento.cl/PDF/ASPECTOS_PSICOAFECTIVOS_DEL_ENVEJECIMIENTO.pdf 
7. Cayo Ríos GL, Flores EJ, Perea X, Pizarro M, Aracena A. La sexualidad en la tercera edad y su relación con el bienestar subjetivo. [citado 11 Dic 2008]. Disponible en: http://www.redadultos mayores.com.ar/buscador/files/DEMO G020_CayoRios.pdf 
8. Casanova Rodríguez CL. La autopercepción de la salud mental y la satisfacción vital del adulto mayor en la montaña y del longevo de procedencia rural en el territorio cienfueguero. Rev Universidad y Sociedad. 2011[citado 16 Ene 2013];3(3).  Disponible en: http://www.ucf.edu.cu/ojsucf/index.php/UyS/article/view/391 
9. Chong Daniel A. Aspectos biopsicosociales que inciden en la salud del adulto mayor Rev Cubana Med Gen Integr. 2012;28(2):79-86.
10. Brito Sosa G, Iraizoz Barrios AM. Valoración biopsicosocial del adulto mayor desde un enfoque bioético en una población cubana. Rev Cubana Med Gen Integr. 2012;28(4):630-48.
11. Flores Villavicencio ME, Cervantes Cardona GA, González Pérez GJ, Vega López MG, Valle Barbosa MA. Ansiedad y depresión como indicadores de calidad de vida en adultos mayores. Rev Psicol IMED. 2012[citado 16 Ene 2013];4(1). Disponible en: http://seer.imed.edu.br/index.php/revistapsico/article/view/233/196 
12. Romicux Olarte M. La Educación para el adulto mayor y su relación con la Sociedad. Rev Enfoques Educacionales. 1998;1(1).
13. Gil Barreiro M, Trujillo Grás O. Estereotipos hacia los ancianos. Rev Cubana Med Gen Integr. 1997[citado 15 Jun 2010];13(1). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S0864-21251997 000100006&s cript=s ci_arttext 
14. México. Secretaría de Salud. Programa de acción: Atención al envejecimiento. 2001[citado 15 Jun 2010]. Disponible en: http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/envejecimiento.pdf

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