Muchos niños con problemas de aprendizaje sufren porque no comprenden lo que les ocurre. Pueden llegar a pensar que no son inteligentes o que “algo está mal en ellos”. Si sus padres y maestros no los orientan y apoyan, es común que desarrollen problemas de autoestima, inseguridad y frustración, que pueden impactar en todas las áreas de su vida.
Cuando un niño tiene dificultades para leer, escribir o resolver problemas matemáticos, es normal que sus padres se preocupen e incluso lleguen a sentirse responsables. Sin embargo, es fundamental saber que los problemas de aprendizaje no son culpa de los padres ni de las madres, ni se deben a la falta de cariño, dedicación o apoyo en casa. Estos desafíos tienen un origen neurobiológico: el cerebro de estos niños procesa la información de manera diferente.
Son dificultades específicas que impiden que el niño desarrolle habilidades escolares como leer, escribir, comprender textos o resolver problemas matemáticos con la misma facilidad que sus compañeros, a pesar de tener una inteligencia y una educación adecuadas. Estas dificultades pueden presentarse en la lectura, la escritura, el cálculo o el lenguaje, y pueden afectar una o varias áreas.
Muchos niños con problemas de aprendizaje sufren porque no comprenden lo que les ocurre. Pueden llegar a pensar que no son inteligentes o que “algo está mal en ellos”. Si sus padres y maestros no los orientan y apoyan, es común que desarrollen problemas de autoestima, inseguridad y frustración, que pueden impactar en todas las áreas de su vida. Por eso, es fundamental que los padres hablen con sus hijos, les expliquen su situación y les brinden comprensión y cariño.
Por lo general, los problemas de aprendizaje tienen un origen neurobiológico. Aunque factores como dificultades de visión, audición o situaciones emocionales pueden influir en el rendimiento escolar, no suelen ser la causa principal de este tipo de dificultades.
Cómo ayudar a tu hijo con problemas de aprendizaje
A veces, el miedo o la culpa hacen que las familias retrasen la búsqueda de ayuda profesional. Aceptar que tu hijo tiene un problema de aprendizaje es el primer paso para apoyarlo eficazmente. Buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino de amor y responsabilidad.
1. Infórmate y explica a tu hijo su situación. Habla amorosamente con tu hijo sobre lo que le ocurre y ayúdalo a entender que no es menos capaz ni menos valioso. Esto fortalecerá su autoestima.
2. Busca ayuda profesional. Consulta con especialistas como neuropsicólogos, terapeutas de la comunicación humana, logopedas o psicopedagogos. Un diagnóstico temprano y la intervención adecuada pueden marcar una gran diferencia en su aprendizaje y bienestar emocional.
3. Mantén una actitud empática y comprensiva. Evita desesperarte o frustrarte porque no aprende tan rápido como crees que debería. Mejor, refuerza los logros de tu hijo y ayúdalo a reconocer sus fortalezas. La confianza y el apoyo familiar son fundamentales para superar los retos.
4. Colabora con la escuela. Habla con los profesores y coordina estrategias para apoyar a tu hijo tanto en casa como en la escuela. Es importante que la escuela adapte su enseñanza a las necesidades del niño.
5. Sé paciente y constante. El progreso puede ser lento, pero tu apoyo y comprensión son esenciales. Recuerda: tu hijo no aprende porque no puede, no porque no quiera.
Cuanto antes actúes, mejores serán las posibilidades de que tu hijo avance y disfrute de su aprendizaje. Los niños con problemas de aprendizaje pueden desarrollar todo su potencial con el apoyo adecuado.
En Espacio Logopédico queremos acompañarte en el desarrollo de tus hijos. Si tienes dudas, consulta con nuestros especialistas para recibir la orientación que necesitas.