En la rehabilitación logopédica los resultados no son tan rápidos y visibles como en las otras áreas. Los progresos que los sujetos logran en fisioterapia son más evidentes, por ejemplo. Sin embargo, en la intervención logopédica son más lentos. Muchos de los sujetos logran alguno con el paso de los meses, o incluso de años. Por tanto se debe motivar en todo el momento tanto al paciente como a los familiares, mostrarles cuáles son los progresos que se van logrando, por pequeños que sean. De este modo verán la importancia que la intervención tiene y será una motivación mayor para que cada vez haya más progresos
Los objetivos transversales que se trabajan son la memoria y la atención. Si no se comienza por ellos, no seremos capaces de sacar el mayor rendimiento al resto de actividades y por ello será más difícil lograr los objetivos específicos propuestos.
A partir de los resultados de la evaluación del sujeto debe plantearse trabajar aquellas áreas que se encuentren alteradas. Para ello es necesario que nos apoyemos en las habilidades lingüísticas que permanecen intactas. El objetivo de la rehabilitación es mejorar al máximo las habilidades de comunicación del paciente y brindarle apoyo para su readaptación emocional, familiar, social e, idealmente, laboral. Para llevarlo a cabo, debemos establecer una serie de objetivos a corto y medio plazo.
En la actualidad permanece en auge el enfoque de la neuropsicología cognitiva. Se basa en que los modelos de procesamiento de un sujeto con afasia son los mismos que los que tiene un sujeto sin patología excepto aquellos mecanismos que se encuentran dañados. Por tanto, su objetivo de estudio es más amplio y trata de buscar de forma precisa cuáles son los déficits lingüísticos a través de los procesos cognitivos que están alterados.
Luria, neuropsicólogo y médico ruso, fue pionero en la concepción del cerebro como un “todo funcional”, donde los procesos mentales no se encuentran localizados, sino que son consecuencia de la integración de distintas estructuras que actúan formando sistemas.
Cabe destacar que, dentro del estudio del lenguaje, la única evidencia que se puede obtener proviene del modelo humano. Cada paciente tiene una sintomatología diferente, aunque presente el mismo diagnóstico, y es con ella con la que debemos trabajar.
Algunos cuestionan si la alfabetización Braille es necesaria; pues sí lo es, ya que aprender braille desde pequeños les permitirá a los usuarios una mejor comprensión de su lengua materna, aprender las reglas ortográficas, gramaticales y de redacción. No es lo mismo escucharlas con dispositivos electrónicos que escribirlas y leerlas por sí mismo.
Más allá de la clínica, la Logopedia o Fonoaudiología se proyecta como una disciplina transformadora, capaz de articular saberes biomédicos, lingüísticos, pedagógicos y sociales para construir entornos más justos, accesibles y empáticos.
Durante décadas, la Logopedia o Fonoaudiología ha adoptado modelos provenientes de la lingüística estructural, la psicología cognitiva o la antropología, que, si bien aportaron herramientas valiosas, han limitado el desarrollo de una epistemología propia.
Si la lingüística es la ciencia de las manifestaciones del lenguaje, no dudaremos que sea o no una ciencia que se debe ocupar también de las patologías ya que éstas mismas – las patologías – son una manifestación más del lenguaje.