En la planta de Neumología del Hospital Dr. Negrín de Las Palmas de Gran Canaria nos encontramos con frecuencia situaciones que hacen difícil la comunicación del paciente, en general portan traqueostomía o tienen importantes problemas respiratorios que limitan el habla, aunque también podemos encontrar con una afasia o una disartria debido a un daño cerebral, pueden padecer sordera o ser pacientes extranjeros con un bajo nivel de español. Por este motivo hemos elaborado un sistema de pictogramas que permita el intercambio de información entre ambas partes.
La inserción de las computadoras y otros artefactos tecnológicos en las aulas ha cambiado y modificarán la definición del aula como espacio pedagógico. Pero no todo lo que reluce es oro… el uso permanente de estas nuevas tecnologías generan un tipo de adicción al no poder prescindir de ellas.
Viendo la gran cantidad de alteraciones que pueden tener rasgos similares a los del TDAH, es necesario hacer una distinción entre algunos de ellos. De este modo, a continuación se exponen las principales características diferenciadoras de algunos trastornos que pueden confundirse.
La llamada “Educación Especial” ha pasado a través de los años por diversas etapas de conceptualización, desarrollo y transformación. Se inicia con una óptica de segregación de la persona “limitada” o “deficiente” en centros especializados, con una perspectiva de atención clínico – asistencialista proveniente del campo de la Medicina.
Tras conocer los principales trastornos comórbidos que pueden aparecer junto con el TDAH, es necesario tener presente la importancia de un adecuado diagnóstico con el fin de evitar etiquetas equivocadas que puedan “encasillar” al niño y frenar su mejoría.
Generalmente, en las consultas escucho lo siguiente: en primer lugar aparece el anhelo, la esperanza de que su hijo llegue a hablar, que pueda hacer una vida normal, y que pueda concurrir a una escuela común.
Es necesario que las personas que trabajamos con estos niños, seamos conscientes de la importancia de un diagnóstico temprano, ya que, por ejemplo, la inseguridad y baja autoestima propia de estos niños (y que son síntomas asociados, no comórbidos), pueden desembocar en un trastorno de ansiedad (pasando a ser un trastorno comórbido).
Los niños juegan para vivir, y gozan al jugar. Al hacerlo, aprenden a “jugarse”, aunque no lo sepan. Jugar sólo es una abstracción, para quien observa un juego o lo convierte en objeto de estudio, lejano a la realidad de jugarlo.
El aprendizaje de la lectoescritura en el sistema Braille requiere que el niño ciego adquiera una motricidad fina adecuada. En la etapa de educación infantil el niño ciego debe adquirir un desarrollo multisensorial que compensa la carencia de visión. El ciego, que depende de sus otros órganos sensoriales para conocer lo que rodea, deben ser estimulado constantemente los otros sentidos (tacto, gusto, olfato, oído), para que explore, busque y conozca su cuerpo a través de sus sentidos
Es importante saber diferenciar entre síntomas asociados al TDAH o trastornos comórbidos al TDAH. En los primeros, las dificultades van implícitas dentro del trastorno, debido a las propias características del mismo; pero en los segundos (trastornos comórbidos) se hace referencia a un trastorno diferente del TDAH, que, por diferentes causas, puede aparecer simultáneamente con él.