La llamada Geragogía también contribuye al desarrollo cultural como rama educativa de la Geriatría. Pero esto es cuando el adulto mayor es convocado desde los servicios de salud, es decir como parte de la atención sanitaria, en tanto paciente de salas de geriatría en hospitales, hogares de día, entre otros, en este contexto, el proyecto es concebido por el staff de la institución de salud.
Las Cátedra Universitaria del Adulto Mayor (CUAM) son atendidas por los Centros de Educación Superior en cada provincia. La experiencia del desarrollo de las actividades de la CUAM se muestran en el Proyecto Comunitario, El Patio de Pelegrín, espacio sociocultural que pretende elevar la calidad de vida de los pobladores del Consejo Popular Puerta de Golpe (CPPG) y se ha caracterizado por la amplia participación comunitaria; aglutinando en su entorno a todos los grupos etáreos en las diversas manifestaciones de la creación.
La categoría diagnóstica que ha sido seleccionada para ilustrar las explicaciones alternativas para la mejora de las capacidades es el trastorno afectivo primario. El pronóstico es un retorno al funcionamiento normal (Goodwin y Guze, 1985) . El uso de la actividad para el tratamiento de las personas con discapacidades de por vida requiere otra perspectiva.
Históricamente, la separación entre las normas de desempeño y los juicios de valor del terapeuta ha sido difícil de hacer. Los terapeutas necesitan estándares de rendimiento que se pueden utilizar en cualquier área geográfica, o entre distintas categorías de diagnóstico para describir la capacidad de una persona con discapacidad, para producir un resultado satisfactorio.
El terapeuta da instrucciones, observa el rendimiento y hace preguntas al tratar de evaluar la discapacidad del paciente. Las indicaciones dadas introducen señales sensoriales. El comportamiento observado es una acción motora voluntaria. Las preguntas pueden aclarar los pensamientos del paciente que guían la actividad. Los pensamientos guían las actividades humanas.
La presente publicación esta basada en un texto de Eleanor Clarke Slagle que data del año 1987, como el mismo es muy interesante y las concepciones acerca de la actividad resultan aún actualizadas, me pareció oportuno traducir las mismas y destacar ciertos aspectos que esta autora menciona acerca de las dificultades para explicar el valor de uso de la actividad como un método de tratamiento y como estas han estado siempre desde el principio (Fields, 1911) .
Pudimos apreciar que en todas las afecciones descritas excepto en el caso de las disartrias prevaleció con superioridad el sexo masculino representando cada año más del 50% de los pacientes afectos. Por los estudios realizados por Narbona y Pérez, plantean que dada la frecuencia de trastornos del lenguaje en varones de una misma familia se sospecha la presencia de una causa genética en muchos de los mismos.
Considero que nuestros resultados estén avalados por la carencia de recursos humanos médicos durante varios años en la atención pediátrica, esto conllevó en muchos casos a un diagnóstico superficial y un sobre registro de los trastornos articulatorios simples como las dislalias que acudieron a nuestra consulta, cuando en realidad se demostró en el seguimiento y profunda evaluación logofoniátrica que muchos de ellos eran más que dislalias, retrasos del lenguaje de tipo articulatorio.
En nuestros resultados predominó el sexo masculino en la mayoría de los trastornos descritos, las edades más afectadas fueron el grupo de 5 a 14 años y la afección más frecuente fue la Disfonía, seguida del Retraso del Lenguaje y las Dislalias. En la medida que hagamos un diagnóstico precoz de estos trastornos, brindemos orientaciones específicas oportunas y la intervención lo más tempranamente posible el pronóstico y la evolución mejoran considerablemente.
La comunicación ha llegado a adquirir una importancia vital en la vida moderna. Sin ella es imposible la información sobre todas las adquisiciones y logros de la humanidad y por lo tanto sería imposible el progreso social.