El regaño debe ser correspondiente a la edad, género y carácter del niño. No tomarse el tiempo y no estudiar la actitud correcta para reprender una acción, equivale a destruir en el menor la consciencia de lo correcto e incorrecto.
El término retraso psicomotor se refiere a que los logros del desarrollo que los niños deben de adquirir dentro de una determinada edad no están apareciendo, o bien, aparecen de forma anómala. El retraso psicomotor aparece durante los primeros meses de vida y las causas pueden ser muy variadas. Es importante orientar a los padres para que acudan a un centro de atención temprana en donde el niño pueda recibir un tratamiento adecuado.
Cuando una persona regaña a otra, le está manifestando su disgusto por alguna acción o palabra. Entonces, cuando “regañamos” debe existir el propósito de que el niño sepa que realizó una conducta de forma equivocada. Hasta ahí el regaño; lo que sigue, debe ser el discurso que lo motive o impulse a renovar su actuar por el correcto.
En algunas ocasiones nos hemos llegado a preguntar: ¿Qué le pasa a mi hijo que no rinde en los estudios? ¿Por qué no saca mejores notas, si es un chico inteligente?
El autista suele mostrar un interés, a veces desmesurado por determinados objetos o actividades. De esta forma su conducta adquiere un carácter obsesivo, o incluso ritualista. Los objetos son escogidos de acuerdo con ciertas cualidades físicas que pueden llegar a fascinar al autista. El contenido simbólico o funcional de un juguete es sustituido por características formales del mismo.
En efecto, hay muchas maneras de usar las manos para dibujar o pintar. Basta observar el comportamiento de los niños pequeños cuando garabatean sobre un papel para comprobar que no es necesario manejar bien los dedos para dibujar algo significativo con un lápiz o un marcador.
La discalculia es un trastorno del aprendizaje poco conocido, similar a la dislexia, pero en lugar del lenguaje se ve afectada la comprensión matemática. Puede detectarse en los primeros cursos escolares, y por medio de los resultados de una evaluaión neuropsicológica deberá planearse un programa de reeducación individual.
El proceso de la enseñanza debe comenzar en las edades en que el desarrollo psico-evolutivo del niño lo demanda de forma natural. Muchas investigaciones refieren que este proceso sucede entre los tres y los seis años de edad; es decir que será en la escuela infantil donde comience este aprendizaje.
Los paralíticos cerebrales como cualquier persona, tienen la misma necesidad de comunicarse, sin embargo, algunas personas requieren de herramientas de comunicación, acorde a su estado y su capacidad. Cuando tratamos con una persona con parálisis cerebral es indispensable tener paciencia y no adelantarnos a lo que nos está diciendo.
Para el quehacer cotidiano de los profesores y para la propia investigación educativa constituye un problema importante el hecho de afrontar que un considerable número de alumnos, sin déficit mental, ni sensorial, no alcanzan rendimientos inicialmente esperables en sus aprendizajes.