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Aprender a aprender. (Parte 1)

La experiencia ha demostrado que el fracaso puede ser superado con responsabilidad, interés, organización, método de estudio y no con castigos que agraven el problema. Hacer que el estudio se convierta en una tarea agradable es responsabilidad del estudiante, padres - madres de familia, docentes y sociedad en general; pero no debemos dejar de lado que el aprendizaje es una actividad cuyo protagonista es el sujeto que aprende.
Aprendiendo a Aprender….


El estudio es un vehículo que nos ayuda a estructurar la personalidad mediante la adquisición de conocimientos, enriquecimiento de vocabulario, desarrollo de valores y destrezas.

Sin embargo, una de las mayores causas del bajo rendimiento académico está determinada por la falta de principios, métodos o procedimientos para estudiar; lo cual da como resultado una pérdida de tiempo, desmotivación hacia el estudio y por ende la frustración personal y profesional (en muchos casos).

El problema radica en que la mayoría de la gente asocia la palabra “estudio” con una imagen tediosa y desagradable. Lo cual indica que no han aprendido los secretos de una técnica amena para adquirir los conocimientos. La inteligencia no es el único factor que favorece el rendimiento de un alumno (a), pues está más que comprobado que estudiantes con coeficientes altos han fracasado, mientras que otros menos dotados pero con mayor organización y método han recibido importantes triunfos y éxitos académicos.

La experiencia ha demostrado que el fracaso puede ser superado con responsabilidad, interés, organización, método de estudio y no con castigos que agraven el problema. Hacer que el estudio se convierta en una tarea agradable es responsabilidad del estudiante, padres - madres de familia, docentes y sociedad en general; pero no debemos dejar de lado que el aprendizaje es una actividad cuyo protagonista es el sujeto que aprende. Todo lo demás, incluido el docente, es importante pero no ocupa el papel principal. De tal forma que para garantizar el aprendizaje, no es suficiente con la asistencia del estudiante, con su presencia física en clase, o con la acumulación de horas frente a un libro. Quien desee aprender debe adoptar una actitud activa, debe asumir su protagonismo y superar la tendencia a la comodidad, a la pasividad. Toda técnica de estudio, toda estrategia para la optimización del aprendizaje, parte de este presupuesto. Si no existe una motivación interna, nada se podrá lograr.

Por lo cual es válido hacer una relación entre el estudio y el deporte. Por ejemplo el fútbol: para jugar un partido el domingo, los jugadores han estado entrenado varias horas, corriendo, haciendo toda una serie de ejercicios durante la semana, que a simple vista, algunos creerían que nada tienen que ver con el partido. A pesar de su cansancio los jugadores, han completado el entrenamiento. El resultado: un buen desempeño el día del partido. Por tal razón conocer y practicar técnicas de estudio adecuadas (acordes a las necesidades del estudiante) es la forma óptima de enfrentar el reto de estudiar y aprender. Las técnicas de estudio, son el medio de aprender a aprender…

Es básico que los métodos de estudio tengan un enfoque eminentemente preventivo en su aplicación. Y este enfoque debe ser global, en la medida que se debe dirigir a todos los alumnos: a los que tienen dificultades en la adquisición de sus aprendizajes escolares y a todos aquellos que deseen mejorar su forma de estudiar. Un alumno puede motivarse para aprender a estudiar mejor, mientras que otros pueden hacerlo para estudiar mucho mejor de lo que lo hacían y optimizar así sus recursos personales. La importancia de la aplicación de los métodos de estudio reside en la relación entre el enseñar a estudiar y el propio proceso de aprendizaje de cada una de las materias. Los centros educativos deberían incluir en sus programas una materia llamada "aprender a estudiar" o bien, incorporar métodos que faciliten el conocimiento de las distintas técnicas que el alumno debe utilizar para aprender.

Algunas pautas para el estudio de una lección (de una clase) pueden generalizarse en cinco aspectos: Prelectura de la materia, anotaciones marginales (subrayado de las ideas principales), lectura de estudio o de repaso, resumen del contenido y finalmente un esquema gráfico que permita reforzar la memoria visual.

No se debe olvidar que todas estas técnicas suponen la comprensión de lo leído o escuchado. Comprender es lo primero y fundamental, si no hemos comprendido lo leído, tanto el subrayado, el esquema o el resumen, carecerán de valor.

De lo anterior se desprende que el estudio es una actividad personal, consciente y voluntaria que pone en funcionamiento las facultades intelectuales con el fin de conocer , comprender , analizar, aplicar y construir continuamente los conocimientos. Es un aprendizaje que lleva al desarrollo de las habilidades y aptitudes por medio del ejercicio y la práctica (igual que en un deporte).

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