Esto nos lleva a la idea de un pasaje de una situación a otra, de un modelo a otro; de un lugar de pasividad a otro de actividad, de un modelo de exclusión a uno de inclusión que priorice la participación en la tarea educativa, única condición para que la apatía no se haga presente.
Es preciso en Psicología, adoptar un lenguaje técnico, abandonar de algún modo ese lenguaje “ordinario - vernacular”, con que se trata a algunos constructos. Como se sabe hay un gran uso de términos (mentalistas) inadecuados estos términos son los factores disposicionales que permitieron la bifurcación de posturas, existiendo con esto lo que Ribes (2004) menciona “un conglomerado de Psicologías, todas ellas distintas entre si, y que transitan por rutas independientes”.
No es imprescindible que la apatía tenga un rostro trágico o deprimente. No consiste precisamente en esto, sino que el núcleo de la cuestión está en el
Para que se realice el aprendizaje constructivo es necesario prestar a los aprendices la conciencia del maestro y que el novicio se haga progresivamente consciente de sus procesos y productos de aprendizaje, existe sin embargo, evidencia de que la automatización, lograda a través de la práctica repetida de una tarea, conduce a una redescripción de las representaciones, reduciendo transitoriamente su eficacia. Este proceso abre la necesidad de comprender y reconstruir las representaciones. El maestro debe ir de tareas reproductivas a tareas más abiertas, que el aprendiz se vea forzado a buscar respuestas disponiendo de alternativas diversas (Pozo, 1999).
Las características más relevantes son la concepción e integración de los conocimientos en la estructura cognoscitiva previa del sujeto y el carácter aplicado en los problemas y tipos de aprendizaje que se desarrollan en la realidad aúlica, resaltando la importancia del lenguaje como sistema básico de comunicación y transmisión de conocimientos.
El alumno se ve en los otros como en un espejo y acaba acomodándose a lo que los otros esperan de él. Es fácil comprobar en ámbitos escolares, la correlación existente entre
La primera respuesta a estas preguntas es formular otra pregunta: ¿Cuál es la situación de niños y adolescentes en el sistema educativo? El paso por el sistema educativo se corresponde a las etapas de la niñez, la pubertad y adolescencia, momentos de ansiedad y de incertidumbre, donde se da una apertura a lo social que trasciende el reducido mundo familiar, muchas veces sin recibir ayuda por parte de las personas adultas.
En la reeducación debemos tener objetivos claros y observar la existencia y la evolución de las producciones incomprensibles y de las omisiones (más informativas que los errores).
Las perturbaciones del lenguaje pueden coexistir con la epilepsia en varias circunstancias. Las razones de esta asociación son diversas, y puede haber más de una en un niño determinado.
Las competencias se construyen de acuerdo a las necesidades de la Institución; para tal efecto se deberá considerar su misión, sus valores, su visión y su propia filosofía como institución; todos estos elementos en conjunto le dan un sello característico.