El neuropsicólogo debe tener conocimiento sobre el funcionamiento y la anatomía del cerebro, además, debe saber también cómo funciona la cognición, en qué se basan y cómo se manifiestan capacidades como la memoria, el lenguaje, la atención y el razonamiento y cómo se adquieren y se desarrollan todas estas capacidades con el desarrollo humano, desde su nacimiento hasta la vejez, y cómo se pueden ver afectadas por distintas alteraciones, lesiones o enfermedades cerebrales.
Las funciones ejecutivas son necesarias en nuestro día a día para desenvolvernos y alcanzar nuestros objetivos. Un problema en las funciones ejecutivas puede alterar la correcta regulación de otros procesos cognitivos y dificultar muchas actividades cotidianas.
La separación es un proceso doloroso, pero puede ofrecer una oportunidad para el crecimiento personal. Un primer paso para realizar el duelo saludable es, aceptar y reconocer los sentimientos para posteriormente dejarlos ir
La familia y la escuela deben preparar programas que induzcan a los niños al uso racional y controlada de la tecnología, produciendo una búsqueda y utilidad sustentada en la necesidad de ser una herramienta de motivación, recepción, apoyo, descubrimiento y adquisición de conductas básicas para el desarrollo de procesos perceptivo motores, emocionales y conductuales que provean de futuras conductas determinantes el aprendizaje formal.
En los últimos años se ha incrementado el interés de los logopedas por las cuestiones neurológicas, sin embargo, es indispensable que tanto los neurólogos como los logopedas tengan conocimiento de los métodos de evaluación y procedimientos terapéuticos pues este intercambio mutuo de información facilitará la actuación de uno y otro profesional en beneficio de los pacientes.
Actualmente, son pocos las asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer, o residencias de tercera edad con una elevada población diagnosticada de Enfermedad de Alzheimer (a partir de ahora, EA) que cuenten con logopedas que permitan una intervención cognitiva específica del lenguaje lo más eficaz posible. La aparición de trastornos del lenguaje, y más específicamente, de la capacidad de denominación aparecen en los primeros estadios de la enfermedad, y se hace más evidente a medida que evoluciona la enfermedad.
A medida que envejecen, muchas personas pueden notar que les cuesta más trabajo recordar el nombre de alguna persona, o alguna palabra. Si los problemas en la función mental son más graves de lo esperado puede tratarse de un deterioro cognitivo leve.
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